Competir por precio, como lo hace la gran mayoría de las empresas locales -salvo rarísimas excepciones- puede resultar en la muerte lenta, pero segura, de una organización empresarial.
Debería provocar -al menos- severa preocupación si como sociedad validamos argumentos sobre la responsabilidad de las mujeres en la violencia de la cual han sido víctimas.
Constantemente estaremos expuestos a la amenaza de enfermedades, y más todavía si no se trabaja por eliminar la pobreza y las desigualdades sociales.
El informe elaborado reconoce los principales desafíos que todavía se mantienen pendientes y que en más de una década no han sido resueltos.
La violencia y destrucción desplegada por estos grupos generan rechazo transversal, tanto de la comunidad interna de la institución educacional como de los habitantes.
La crisis del país es tan profunda que, de no mediar un diálogo fructífero y una tolerancia mayor ante posiciones distintas, difícilmente Chile podrá superar este conflicto.