
Tras la emergencia sanitaria y las restricciones de movilidad, el país regresa a la “normalidad” prepandemia y con ello la posibilidad de renovar los compromisos para contribuir al desarrollo de la Región. El territorio necesita de un renovado empujón para abordar tareas pendientes y lanzar nuevos desafíos.
En otoño hubo un par de frentes de mal tiempo que trajeron importantes consecuencias, como inundación de calles que provocaron principalmente problemas de desplazamiento.
Las leyes, las señaléticas y campañas de educación no eximen a nadie de un factor decisivo: el respeto entre conductores y la sana convivencia en los espacios viales.
La intervención en materia de política fiscal y créditos blandos puede ser una alternativa de apoyo a las familias que buscan cumplir con el sueño de comprarse una vivienda.
Eso no puede ser intervencionismo electoral, porque desde el Gobierno, hasta ahora, en el Biobío, no hemos escuchado a ninguna autoridad llamando a la ciudadanía a inclinarse por el apruebo.
Los diagnósticos están sobre la mesa, lo que aún no llega es la solución, que es control y más seguridad, pese a que desde el Gobierno se afirma que el Estado de Excepción “acotado” ha sido efectivo.