Cada día es más común ver a personas de la tercera o cuarta edad que prefieren institucionalizarse para no ser un problema para sus hijos. Profesionales explican que siempre son decisiones complejas para las familias, pero que no siempre el dejarlos en casa es la mejor opción.
Altos índices de obesidad, sumados a patologías crónicas y a un envejecimiento de la población hacen necesario preferir los llamados superalimentos, productos sin gluten ni lactosa, entre otros
El problema es que la normativa no contempla la obligatoriedad de la existencia de alarmas de humo y sistemas de detección o de supresión de incendios para edificaciones tales como salas cuna, jardines infantiles y hogares de ancianos.