La toma de una mina en Curanilahue, la movilización de los trabajadores de Asmar, entre otros hitos, marcaron la tarea de intermediario del Arzobispo de Concepción en más de una década a la cabeza de la Iglesia en la zona. Ahora deberá liderar la Arquidiócesis de Santiago, tras determinación del Papa Francisco.
“Me da una pena enorme dejar Concepción, esa es la verdad, una tristeza inmensa. Han sido 12 años muy intensos donde hemos hecho muchas cosas. (…) Lo mío es buscar maneras, formas de construir un mundo mejor, un mundo más justo, (…) eso es lo mío, anunciar el evangelio sin ninguna pretensión, con sencillez, y pretendo llegar igual (a Santiago)”, dijo Monseñor Fernando Chomalí.
Y es que desde la Nunciatura Apostólica en Chile dieron a conocer que el Papa Francisco, tras aceptar la renuncia del Cardenal Celestino Aós, nombró a Chomalí como el nuevo Arzobispo de la Arquidiócesis de Santiago, el segundo en llegar a dicho puesto desde el Arzobispado de la Santísima Concepción, siendo el primero Monseñor Ricardo Ezzati.
Ahora bien, si hay algo claro para Monseñor Chomalí, son sus ejes de trabajo. En primera instancia, y tras ser consultado sobre la noticia, dio un repaso por su trabajo en el Biobío, para luego explicar que los pilares a trabajar una vez en la capital serían el potenciar un proyecto común de sociedad enfocado en derrotar la pobreza, promover “urgentemente” una ética individual, no pensando siempre en uno mismo, y potenciar el sentido comunitario entre connacionales.
De tal forma, y enterada la opinión pública del anuncio, desde el mundo político del Biobío, como también de representantes de la Región en el Congreso Nacional, se expresaron diversas reacciones las que, principalmente, valoraron el trabajo realizado por Monseñor Chomalí durante los 12 años que presidió el Arzobispado de la Santísima Concepción.
Dentro de las acciones por las que es ampliamente reconocida la labor ejercida por Monseñor Fernando Chomalí en Biobío, es por haber estado presente en situaciones críticas para trabajadores de la Región.
Por ejemplo, uno de dichos casos rememora cuando los trabajadores de Asmar se fueron a paro por una serie de demandas laborales en 2013. En ese sentido, el, en ese entonces Arzobispo de Concepción, sostuvo reuniones con el Sindicato de los Astilleros y Maestranzas de la Armada (Asmar) donde prometió una ayuda mediadora entre la empresa y sus trabajadores.
Otro caso dice relación cuando 10 de 70 mineros de la Mina Santa Ana de Curanilahue se encerraron al interior de la mina -la cual tenía peligro de derrumbes- a modo de protesta en 2016, ya que reclamaban el no pago de finiquitos por parte de la empresa S.W. Curanilahue la cual, según los trabajadores de la época, debía aproximadamente $750 millones de pesos.
Incluso, en el archivo histórico de Diario Concepción, se encuentra una nota titulada “Chomalí pide a Interior que intervenga por mineros”, noticia que informó sobre la llamada que realizó el religioso al entonces Gobierno de Michelle Bachelet.
Así lo recordó incluso el gobernador Rodrigo Diaz, quien relató que cuando “me acompañó cuando los mineros estaban en la mina Santa Ana, y los mineros no querían salir, para mediar buscando causas de justicia social. Yo creo que perdemos un buen pastor, espero que venga un buen pastor también”.
En el mismo contexto de la presencia que mantuvo Monseñor Chomalí en situaciones críticas de diálogo, Adolfo Millabur, a pesar de no conocerlo personalmente, dijo saber de “su actuar y que ha demostrado en su historia tener preocupación sobre la temática mapuche y así ha estado disponible para colaborar en destrabar o acercar el diálogo”.
“El también estuvo presente en una comisión que el expresidente Sebastián Piñera convocó para buscar solución al tema del Pueblo Mapuche con el Estado, pero eso terminó en nada después de la tragedia que vivió la familia Catrillanca (por el asesinato de Camilo Catrillanca). Él (Monseñor Fernando Chomalí) estuvo participando en esa comisión”, dijo Millabur.
“Ha sido una persona que tiene preocupación sobre el tema mapuche y así ha demostrado, tanto integrando esta comisión como también cuando ha sido mediador o facilitador en diálogo con los distintos sectores del movimiento mapuche con los gobiernos de turno, eso lo reconozco”, agregó Adolfo Millabur.
Como bien se explicó, autoridades regionales dieron su valoración respecto a la salida de Monseñor Chomalí para ejercer a la brevedad como nuevo arzobispo de la Arquidiócesis de Santiago.
Al respecto, la delegada presidencial del Biobío, Daniela Dresdner, expresó “entregar mis más absolutas felicitaciones a Monseñor Fernando Chomalí por esta designación tan importante, justamente, demuestra la calidad de persona y el trabajo que ha realizado en nuestra Región que sea considerado para esto”.
“Un tremendo trabajo social que desde luego vamos a echar de menos, pero que es una muy buena noticia para el país”, dijo Dresdner.
Asimismo, el gobernador regional del Biobío, Rodrigo Díaz, señaló que “(siento que) va a hacer una gran tarea en la Región Metropolitana, y por otro lado tengo preocupación y pena. Preocupación porque dejó la vara muy alta y pena porque es un buen pastor que nos ha acompañado a quienes somos parte de la familia católica”.
Díaz destacó la obra social realizada por Chomalí recordando las pertenencias de la iglesia dispuestas para el servicio de personas sin alojamiento, la transformación de Cafetería 440 y la Lavandería 21, la cual permitió y permite contratar a trabajadores con síndrome de down.
Por su parte, el jefe comunal de Concepción, Álvaro Ortiz, indicó estar “por un lado feliz por el reconocimiento de solicitarle a Monseñor Chomalí que asuma el enorme desafío de ser Arzobispo de Santiago, pero otro lado tristeza porque durante 12 años, habíamos tenido un verdadero líder de la iglesia católica que no solo se dedico a hacer misas y coordinar diversas acciones de las iglesia (…) sino que también fue mucho más allá con obras que van a perdurar y que lo van a recordar por mucho tiempo”.
Durante la jornada matutina del 25 de octubre, Monseñor Fernando Chomalí se refirió al nuevo desafío al que fue destinado por el Sumo Pontífice señalando que “me lo tomo con mucha sencillez, yo soy de Santiago, es una Arquidiócesis inmensa, seis veces más grande, y voy a hacer lo que yo pueda. (…) Llego con el carisma que Dios me ha regalado, como yo digo, ‘con los tres peces y los cinco panes’ y el señor se va a encargar de multiplicarlo”.
En la instancia, compartió su visión respecto al país, adonde irían apuntados también sus ejes de trabajo mencionados anteriormente. “Creo que nos falta mucha fraternidad, el gran drama de Chile es que estamos divididos, todos contra todos. Creo que tenemos que generar ambientes de fraternidad, (…) yo espero poder hacer eso”.
Junto a ello, Monseñor Chomalí dejó un mensaje de llamado a respetar la democracia, señalando el rol que cumple la iglesia católica en el ámbito político-social. “Tenemos que cuidar mucho la democracia ¿Y cómo se cuida la democracia? Dialogando. Nos hace mucho daño usar la violencia verbal, psicológica, física, para tener beneficios políticos, eso tenemos que desterrarlo, y tenemos las urnas, es un privilegio que tenemos en Chile”.
Desde ese punto, expresó que va a promover tres cosas una vez oficializado Arzobispo de Santiago: “En primer lugar un proyecto común, tenemos que alinearnos todos en un gran proyecto común y ese gran proyecto común es terminar con la pobreza, (…) terminar con las discriminaciones sobre todo al Pueblo Mapuche”.
“En segundo lugar, tenemos que promover una ética individual, es impresionante la cantidad de corrupción que vemos en Chile todos los días. (…) Y en tercer lugar, tenemos que generar un sentido de comunidad, no puede ser que todavía hayan personas que boten basura en la calle. (…) El bien común, tenemos que generar una sensación de que nos importa lo comunitario”, dijo el ex Obispo de Concepción.
La historia entre Monseñor Chomalí y la capital no es distante, incluso, el nació en Santiago un 10 de marzo de 1957. Realizó sus estudios primarios y secundarios la Alianza Francesa y en el Instituto Nacional, para, años después, titularse como ingeniero civil de la Pontificia Universidad Católica de Chile en 1981.
Tras ello, ingresó al Seminario Pontificio Mayor de Santiago en 1984 y fue ordenado sacerdote por el en ese entonces, arzobispo de Santiago, cardenal Carlos Oviedo. Mantiene en su repertorio intelectual diversos estudios realizados en universidades italianas y chilenas, y fue el 3 de junio del 2006 cuando el Papa Benedicto XVI lo nombró obispo auxiliar de Santiago.
La llegada a Concepción nació un 20 de abril de 2011, cuando el mismo Papa Benedicto XVI lo nombró, entonces, Arzobispo de la Santísima Concepción, sucediendo a Monseñor Ricardo Ezatti.