Política

Las distintas formas para modificar la propuesta de nueva constitución

En medio de llamados políticos para aprobar o rechazar para “reformar” o “mejorar”. Ex constituyentes analizaron las posturas con apellidos que han surgido en los últimos días. La mayoría apunta a que el documento se puede modificar en caso de ser aprobado. El mismo texto, de hecho, plantea la fórmula de 4/7.

Por: Marcelo Castro 08 de Agosto 2022
Fotografía: Cámara de Diputadas y Diputados

De cara al Plebiscito de Salida, desde el mundo político han surgido diversas propuestas que establecen “apellidos” a las dos opciones del próximo 4 de septiembre. Uno que se repite es el de “reformar”, tras el resultado definitivo.

No obstante, la propuesta de nueva constitución previó la existencia que sectores interesados en realizar modificaciones, pues en el texto hay un articulado específico que apunta a reformas constitucionales. Se trata del artículo 383.

Dicho numeral dice que “los proyectos de reforma de la Constitución podrán ser iniciados por mensaje presidencial, moción de diputadas y diputados o representantes regionales, por iniciativa popular o iniciativa indígena. Para su aprobación, el proyecto de reforma necesitará del voto conforme de las cuatro séptimas partes de integrantes en ejercicio del Congreso de Diputadas y Diputados y de la Cámara de las Regiones. Los proyectos de reforma constitucional iniciados por la ciudadanía deberán contar con el patrocinio en los términos señalados en la Constitución”.

Además, cada proyecto debe clarificar si agrega, modifica, reemplaza o deroga alguna norma.
En la disposición séptima de las normas transitorias, especifica que “hasta el 11 de marzo de 2026, para la aprobación de los proyectos de reforma constitucional se requerirá el voto favorable de cuatro séptimos de las y los integrantes de la Cámara de Diputadas y Diputados y del Senado”.

“Para ser reformada”

El ex vicepresidente de la Convención Constitucional, Gaspar Domínguez, comentó que “esta Constitución establece un capítulo sobre reforma constitucional, porque está hecha y diseñada para ser reformada. Entonces, después que se apruebe esta Constitución, de seguro será reformada, porque fue diseñada para ser reformada y es necesario que en el transcurso su implementación, si es que es necesario, sea enmendada o reformada en la dirección que permita cumplir con los objetivos que la Constitución plantea”.

Agregó que “si no quisiéramos que fuera reformada, no tendría un capítulo sobre reforma constitucional. De hecho, la reforma constitucional en esta (propuesta de) Constitución resulta mucho más sencilla que la Constitución actual”.

El ex convencional de Pueblos Indígenas, Adolfo Millabur, consideró que hablar de reformas es apuntar a una “sandía calada”.

“Es una ficción pretender llevar a la conciencia colectiva de que el 4 de septiembre la gente diga que vota a favor pensando que no es posible cambiar la Constitución. Hay cuatro mecanismos para reformar a los diez días, una vez que se promulgue la Constitución. El mecanismo que tiene el propio Parlamento, un quórum de dos tercios. O el mecanismo en que el propio Parlamento tendría, cuatro séptimos, pero por referéndum. Y el mecanismo con que ciudadanía cuenta, más del 25% de los votos habilitados para votar pueda pedir reforma al día siguiente”, explicó Millabur.

Aprobar sin apellidos

La ex convencional Amaya Alvez cree que “hay algo obvio en todas estas aseveraciones, ya que toda constitución aprobada de manera democrática está abierta a ser modificada, por lo tanto, cuando yo digo ‘aprobar para reformar’ estoy diciendo algo que consta en un artículo completo de la propuesta, así que no entiendo cual es el sentido de profundizar en esa palabra. No está en duda la reforma, ya que esta llamada a ser reformada en su aplicación”.

“Diría que hay que aprobar, después vemos el apellido y que materias podemos cambiar, verlo ahora, sería quitar el trabajo realizado a la constituyente”, agregó Alvez.

En tanto, Andrés Cruz acotó a que “las modificaciones que se pueden hacer son válidas pero se debe determinar el curso del proceso de implementación. Hay una disposición transitoria que determina un acuerdo parlamentario o sumado a un referéndum, dependiendo de la materia. Esto siempre estuvo incluido”.

Más crítica del proceso ha sido Rocío Cantuarias, quien sostuvo que el 4 de septiembre la ciudadanía tendrá que analizar si quiere o no “tragarse este borrador de la Convención. Dentro de estos mecanismos de salida que han encontrado algunos sectores políticos, considero que aprobar para reformar es una inviabilidad total, ya que se establece un quórum de dos tercios o cuatro séptimos con referéndum, además de consentimientos de naciones originarias en derechos que se les consagren y esos son innumerables, así que eso es inviable. Y el Rechazo para reformar depende de los partidos políticos, por lo que debe ser evaluado”.

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