Ex militante DC, con una larga trayectoria en el mundo público y privado, dice apostar por la transversalida. “Siento que hay una oportunidad única de hacer las cosas bien”, manifestó.
Rodrigo Díaz, otrora intendente del Biobío durante el segundo periodo de gobierno de la presidenta, Michelle Bachelet (tras pasos por la empresa privada en Punta Arenas y La Serena), es la única carta independiente de las ocho que apuntan a llegar a la gobernación regional.
Dicha independencia es reciente, pues por años fue militante de la DC (renunció 2019), y Díaz no sólo no lo desconoce, también es un agradecido de los políticos con los que compartió y aprendió siendo parte de los gobiernos de la Concertación y la Nueva Mayoría. Algunos de ellos: Jaime Tohá, Hosain Sabag, José Antonio Viera-Gallo, Miguel Reyes, Estella Ortiz y María Teresa Chadwick.
Pero, desde la vereda independiente Díaz dice apuntar a la transversalidad, no sólo política. “Yo no he sido sólo político. He sido trabajador de empresa y aquí algo que llama mi atención cuando me analizo, he trabajado en monopolio (la sanitaria Essbio), empresas transnacionales (Methanex), en empresas de servicios, y otra con una lógica muy distinta como es Hualpén. Mi forma de ver el sector privado, no es la que tienen la mayoría de los de políticos”, comenta.
Díaz reconoce que la decisión de ser candidato no fue fácil y aunque muchos no le crean, dice que efectivamente hubo un periodo largo de reflexión, sobre todo, porque necesitaba el apoyo de la familia. “Tenía muchas dudas”, reconoce.
“Yo veo, y gradualmente fui sintiendo esto en paralelo a mí desafección a la institución en la cual yo militaba (no a la ideología), que los partidos son instituciones que se han ido desperfilando en su representatividad y se han ido configurando en una dimensión paralela. Tampoco creo que el mundo de los independientes sea homogéneo. Yo creo que la política es muy importante y hay personas que todos los días hacen política, incluso las organizaciones que reniegan de ello. Pero la política partidista se ha desligado de los problemas de los ciudadanos y, en esa reflexión, hubo años de conversación familiar”, relató.
Zanjadas las dudas y obteniendo el apoyo familiar, decidió lanzarse a la aventura de carta a la gobernación. “Siento que hay una oportunidad única de hacer las cosas bien (…). Esto se va desencadenando en las vacaciones de invierno de 2020, muy influenciado por lo de octubre (de 2019) y la pandemia. Después de mi familia, la Región es mi gran pasión. Yo pude haber sido parlamentario y haber sido electo hace rato, pero no me interesa. Ya viví muchos años viajando. No quiero sonar soberbio, pero creo que tengo el conocimiento de la Región, de sus bondades y sus problemas, y tengo un estilo de trabajo que es convocador y que no excluye a nadie por no pensar lo mismo. La política es para servir a los ciudadanos”.
– Una vez tomada la decisión, supongo, hay un diagnóstico de la Región. En ese sentido, ¿Qué es lo primero que hay que hacer llegando a la gobernación regional?
– Hay varias cosas que uno debe realizar, pero conceptualmente uno debe intentar firmemente realizar un gobierno transversal y no hablo sólo de política. Hablo de convocar a personas de distintas provincias, de generar un gobierno con equidad de género, que tenga como foco principal servir a los habitantes de la Región, y no a las directivas de los partidos en Santiago ni depender de las políticas definidas por el gobernante de La Moneda.
Si las elecciones no se reprograman, los gobernadores asumirán en junio de este año, en medio de las elecciones presidencial y parlamentarias. En ese contexto, dijo, más allá de ser opositor a la administración Piñera habrá que trabajar casi un año con ella. “La Región tiene problemas tan grandes, que o partimos con la lógica de que vamos a trabajar primero por la Región o nos perdemos en la lógica de todas las otras elecciones, es decir, seguir pensando como intendente”, sostiene.
¿Y cómo se entiende esa transversalidad? Díaz ejemplifica, entre otros, con el trabajo realizado para apoyar el Parque Científico y Tecnológico (Pacyt). “Todos los directores que nombré fueron transversales, como el caso del Pacyt, hubo personas de la academia, de la empresa, de la ciencia, de distintas universidades, se trata de colaborar no sólo de competir”, dice.