Entre ambas regiones se deben elegir a cinco representantes. Las “bajas” de Víctor Pérez y Alejandro Navarro han abierto el apetito de muchos postulantes, pero igual las disputas en partidos y conglomerados políticos. A la fecha, son variados los nombres que suenan.
Aunque tal como lo reconoció uno de los consultados para esta nota, hoy la mente de los partidos políticos está puesta en las municipales, particularmente en la búsqueda de cartas para la elección de constituyentes, no es menos cierto que también se evalúan eventuales escenarios de cara a las elecciones parlamentarias.
El próximo año, dichos comicios tendrán algunos condimentos especiales, puntualmente la senatorial. Así, por ejemplo, el proceso que en 2021 se realizará sólo en “las regiones pares”, completará el cuadro de 50 representantes tras el término del sistema binominal (actualmente el Senado funciona con 43 miembros). Como se recordará, el cambio al sistema binominal se produjo antes de la separación de las actuales regiones de Biobío y Ñuble, por lo que en conjunto, ambos territorios, deben elegir cinco representantes, tres de ellos en la región madre.
En Biobío la situación se vislumbra bastante movida, incluyendo algunos destacados nombres a nivel nacional, como el ex presidenciable, Marco Enríquez-Ominami (PRO) y quien fuera ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo (PPD), curiosamente, ambos por momentos desaparecidos del mapa político por sendos temas judiciales (caso OAS, el primero; caso SQM, el segundo).
El caso de MEO es una opción que sondea su partido, considerando la imposibilidad del senador, Alejandro Navarro, de poder postular al cargo (por el ley que limita la reelección). Peñailillo, en tanto, estaría preparando su retorno de Chile (vive en Estados Unidos) y ha sondeado la posibilidad de ser carta en una región, donde no es un desconocido, considerando su pasado como dirigente de la Universidad del Bío-Bío (UBB) y como gobernador de la provincia de Arauco.
La ley que limita la reelección de las autoridades políticas también ha generado que algunos diputados en ejercicio quieran dar el salto al Senado, entre ellos, Iván Norambuena (UDI), Manuel Monsalve (PS), José Pérez Arriagada (PR) y José Miguel Ortiz (DC). Mientras, el último dio a conocer su “disponibilidad” en un streaming realizado por dos militantes del la Falange, el radical ya habría manifestado su intención a la mesa del partido.
Lo de Norambuena y Monsalve no es nuevo, pero ambos chocan con otros nombres al interior del sus partidos, el gremialista con la senadora Jacqueline van Rysselberghe (también se habla de una eventual apoyo al exRN, Cristóbal Urruticoechea), y el socialista con dos correligionarios que tendrían mayor ventaja electoral, el diputado del Distrito 20, Gastón Saavedra, y quien fuera legisladora del otrora Distrito 45, Clemira Pacheco.
No obstante, la danza de nombres recién empieza, pues aún no se ha considerado, por ejemplo, el factor paridad de género.
La salida de Víctor Pérez, quien antes de asumir como ministro del Interior ya había sido “afectado” por la ley que limita la reelección, abrió el apetito de dos figuras del gremialismo en Ñuble: el diputado Gustavo Sanhueza (hombre cercano al exsenador) y el actual intendente regional, Martín Arrau.
Uno de los dos debería ser la carta de la UDI en el territorio. De hecho, en el caso de Arrau, en los próximos días, debería renunciar al cargo, si ratifica su interés. En tanto, hasta ahora no se vislumbra la continuidad de Claudio Alvarado, quien asumió el puesto dejado por Pérez, aunque queda prácticamente un año para la elección.
Lo cierto es que en Chile Vamos quien parece más perfilado como eventual carta al Senado es el diputado de RN, Frank Sauerbaum. Lo mismo ocurre con otros diputado, el DC Jorge Sabag. El representante de la Falange sería carta fija en la senatorial y, aún no es claro, si congresista en ejercicio, Felipe Harboe (PPD), se repostulará en el territorio, aunque fuentes del partido aseguran que sí lo hará.