Incluso en Chile Vamos han hablado del peligro de mensajes contradictorios. Hay “una lectura fragmentaria” que contradice el diagnóstico oficial, dijo el sociólogo.
“Nueva normalidad” es el concepto que la actual administración de Gobierno ha buscado instalar en los últimos días y que ha generado las más variadas reacciones, de rechazo, por un lado, pero también de dudas en algunos sectores del oficialismo.
El concepto no es original, pues desde hace días es mencionado en España, un país que pretende entrar a una nueva etapa del coronavirus, de manera paulatina, a partir del próximo 9 de mayo. En ese país la cifra de fallecidos se empina por sobre los 20 mil y llevan casi dos meses de confinamiento.
“Desde mi punto de vista, la nueva normalidad es un asunto que tiene varias versiones”, manifestó la antropóloga Noelia Carrasco, académica del Departamento de Historia y Directora del Programa de Investigación Cidesal de la Universidad de Concepción (UdeC).
Carrasco explicó que, por un lado, está “la versión del gobierno, que llama a una nueva normalidad asumiendo que habríamos superado parte importante de la crisis y, por tanto, debiésemos retomar nuestra vida cotidiana tal y como era, salvando algunas cuestiones relativas al distanciamiento físico” y la de sectores más críticos “que no está de acuerdo en retomar una nueva normalidad toda vez que la crisis está lejos de ser superada y, por consiguiente, es una ilusión suponer que volveremos a poder vivir como vivíamos, aunque eso se anhele”.
Pero hay un punto más. Está la “visión de los mundos sociales críticos que buscan en esta crisis la oportunidad para superar esta normalidad heredada y retornar entonces a un nuevo tiempo donde tengamos ocasión de rediseñar nuestra nueva normalidad. En nuestro caso como país que tenemos un proceso constituyente por delante esta última posición resulta especialmente desafiante”.
El sociólogo Manuel Rodríguez es crítico del concepto que se quiere instalar.
“Hace rato, las élites formulan estrategias y acciones prescindiendo de la realidad y sus tendencias. Hay una lectura fragmentaria, reducida y compulsiva que suele contradecir sus propios diagnósticos”, comentó Rodríguez.
El profesional agregó que “la voluntad de configurar un falso escenario de ‘nueva normalidad’ carece de la regularidad indispensable de los hechos y se intenta en un contexto de extremo riesgo para la salud y la vida de miles, cuando hay coincidencia de que el peak aún no está sostenido sobre datos fidedignos (…). Nunca antes las élites se aferraron más a sus intereses, que a una necesaria y urgente capacidad para leer la realidad”.
Llamado “irresponsable e inhumano”
Tras la reunión de comité político de los lunes, los partidos del oficialismo fueron cautos con la estrategia del Gobierno. De hecho, la senadora del Bío Bío, Jacqueline van Rysselberghe, dijo que “no se puede tener mensajes contradictorios”.
Ayer, consultada al respecto, la consejera regional del PPD, Alicia Yáñez, dijo que lo planteado “me parece una contradicción vital por parte del Gobierno. Los expertos en Salud, el Colegio Médico dicen que aún no se ha manifestado el punto más alto de contagio y el llamado es a la responsabilidad ciudadana de quedarse en casa y ellos llaman a volver a trabajar como si estuviéramos en normalidad, es irresponsable e inhumano este llamado. Yo, por supuesto, no estoy de acuerdo”.