Política

Lenguaje desafortunado y anuncios tardíos marcan último mes de Piñera

Una agenda social que generó una de las movilizaciones más grandes los últimos años, un cambio de gabinete que convenció a muy pocos y frases sobre una supuesta guerra interna, han sido parte de la serie de traspiés que han tenido como protagonista al Jefe de Estado.

Por: Ángel Rogel 24 de Noviembre 2019
Fotografía: Agencia UNO

La noche del viernes 18 de octubre, el Presidente Sebastián Piñera fue fotografiado en la Pizzería Romaría, en Vitacura, celebrando el cumpleaños de uno de sus nietos. Ese día, en horas de la tarde, el ministro del Interior, Andrés Chadwick, adelantaba la idea de invocar la Ley de Seguridad Interior del Estado.

Quizás, por ello, la noche capitalina no sólo tenía reservada para Piñera una cena familiar, sino también el aumento del descontento ciudadano a través de redes sociales y cacerolazos en distintos puntos de la Región Metropolitana. Así, cerca de las 22 horas, decidió volver a La Moneda, reunirse con el ministro de Defensa, Alberto Espina, y decretar Estado de Emergencia.

Tiempo después, a propósito del inicio del estallido social que contagió a todo el país y la seguidilla de errores no forzados que ha cometido el Jefe de Estado, en un extensa crónica el diario electrónico El Mostrador titularía “La pizza más cara de Piñera”.

Y es que a pesar de que Piñera ha dicho haber escuchado “con atención” la voz de la ciudadanía, sus acciones, lamentablemente, no dicen lo mismo. Ese sábado 19 de octubre, cuando las regiones hacían suyo el clamor de un grupo de estudiantes que evadían las estaciones del Metro, tras la consigna “No son 30 pesos, son 30 años”, el Jefe de Estado anunciaba como gran solución, el fin del alza en el pasaje del tren subterráneo de Santiago.

De ahí en adelante, coinciden analistas y académicos, todo ha sido error tras error. “La verdad es que no hemos visto ningún acierto del Presidente Piñera en el último mes de movilizaciones. Ha habido una serie de errores que dan cuenta de su desconexión con la ciudadanía, de escuchar y empatizar con lo que millones de chilenos viven a diario”, dijo el presidente de la Fundación Participa, Daniel Ibáñez.

Agregó que desde un inicio, con el anuncio de invocar al Ley de Seguridad Interior del Estado, los pasos del Jefe de Estado no han sido afortunados, considerando “anuncios que no dicen nada”, casos evidentes de violaciones a los Derechos Humanos y su ausencia del acuerdo de paz y de una Nueva Constitución firmado por un grupo transversal de partidos políticos.

El analista y académico de la Universidad de Concepción (UdeC), Andrés Cruz, coincidió y agregó que ha existido un profundo error en el lenguaje utilizado, lo que evidencia una autoridad errática.

“En lugar de criminalizar las movilizaciones y anunciar sólo medidas represivas debería enfocarse en reforzar un discurso inclusivo para aislar a los grupos más violentos en lugar de generar oportunidades para ir empujando a la ciudadanía hacia los extremos (de derecha e izquierda), permitiendo que vaya germinando con fuerza la odiosidad de los prejuicios y estereotipos que podría conducirnos al enfrentamiento más radicalizado entre civiles”, comentó Cruz.

En este mimoso sentido, hay quienes destacan el llamado a la paz del Jefe de Estado. “El principal acierto ha sido llamar a hacer acuerdos por la paz, la justicia social y una nueva Constitución. Siempre pudiendo ser más profunda, la agenda corta en materia social constituye un aporte y un avance (…). Es imperativo avanzar más rápido en un mecanismo que permita sistematizar las demandas sociales y que recoja el sentir de cada ciudadano y priorizarlas adecuadamente”, sostuvo el presidente de la Fundación República en Marcha, Augusto Parra.

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