El ex intendente del Bío Bío comentó que la violencia ha superado todos los límites y debe ser condenada sin excepción. Agregó que el Presidente Piñera “no quiere convencerse de la necesidad de cambios estructurales”.
Tras dos semanas de iniciadas las masivas manifestaciones en las calles, donde la gente reclama por mayor equidad social (ello combinado por episodios de violencia en el centro penquista), el diputado del Distrito 20, Jaime Tohá (PS), analizó el particular escenario que afronta el Ejecutivo, en particular, y la clase política, en general.
Quien fuera intendente de la Región del Bío Bío en dos oportunidades, no recuerda grandes convulsiones sociales que no hayan estado acompañado de violencia, “diría que es casi una condición”. No obstante, sostiene que ésta ha sobrepasado los límites y que ello debe ser rechazado de manera tajante y que aquí no valen los contextos.
“Al igual que las violaciones a los Derechos Humanos, no hay contexto posible que los justifique, siempre deben ser condenados. El rechazo tiene que ser firme, sólido e indesmentible y eso no se ha dado en toda la magnitud que a mí me gustaría”, afirma.
Lo anterior, sostiene, porque quienes actúan de manera violenta terminan por “desalentar” a quienes marchan pacíficamente y luchan por peticiones justas.
Pero Tohá no sólo habló de violencia, pues en su análisis también estuvo presente el accionar del Presidente Sebastián Piñera, así como la actual administración regional encabezada por el intendente, Sergio Giacaman.
Al mismo tiempo, lamenta que exista una oposición desalentada, sobrepasada y cada uno con su propia agenda. “Si esta salida no es institucional, nos vamos a arrepentir por el resto de nuestros días. Cuando en política quedan espacios abiertos, alguien los ocupa, mire lo que pasó en Brasil. Por tanto, es una obligación buscar salidas entre los tres poderes del Estado”, sostiene.
Jaime Tohá | Fotografía por Isidoro Valenzuela M.
El diputado Tohá reconoce que espera que el “movimiento pacífico no aminore, porque es el principal factor que puede llevar a impulsar cambios que si no se hacen ahora, se van a hacer en un nuevo estallido social en algunos años más, pero con consecuencia mucho peores que las de ahora”.
– Usted ha dicho que el Presidente no quiere entender la necesidad de reformas estructurales, pero se han dado pequeños pasos ¿Es suficiente?
– Hay que entender que las movilizaciones tienen factores por mejores condiciones materiales y también inmateriales. El abuso no tiene expresión material. El precio de la tarifa del Transporte es material, no obstante, las personas se preguntan por qué tenemos que subsidiar empresas privadas de Transporte. Eso no tiene que ver con el bolsillo de las personas, pero hay que entender que, en el mundo de hoy, las personas saben mucho, leen y conversan mucho. La relación con los pueblos originarios no es un tema material. Entonces, el gobierno no puede pretender salir de esto sólo con medidas materiales. Una nueva Constitución tiene que ver con eso. Lo que paga la minería como royalty es absurdo, el tema del litio, el tema del agua, esas son cuestiones que la gente, el pueblo de Chile los asumió y no las va a soltar.
– ¿Qué opina de la gestión del intendente?
– Los intendentes no son parte de esto, solo ven puro orden público. Pero si el intendente, en su calidad de autoridad y como conocedor de su gente y su historia, dijera: “señor Presidente es necesaria una nueva Constitución”, bueno, a lo mejor lo echan, pero va a dormir tranquilo. O sea, lo que quiero decir es que las regiones no opinan.
– Han habido varios estamentos que se han manifestado, con matices, por un Nueva Constitución. ¿Será esa la solución y como se llega a ello?
– Es imposible sacar esto en un Estado de Derecho, sin el apoyo del Presidente. Pero, mire lo que él ha hecho. Ha lanzado una operación diciendo que va a escuchar la gente y después dirá qué hacer. Estamos otra vez ante un rasgo de este gobierno que dice, “nosotros somos más inteligentes, le vamos a preguntar a las personas”. No es la forma, sin acuerdo del Congreso. Al final qué van a decir, que la gente quiere más Carabineros en los barrios. Lo que quiero decir es que es muy importante la forma. Imagínese cuantos cabildos se han organizado. Y quien debiera llevar el estandarte va más atrás, va a la cola.
– ¿Usted, entonces, espera que los ciudadanos se inclinen por la forma?
– Es decir, quien se puede arrojar el conocimiento de lo que gente quiere. Un porcentaje del millón 200 mil personas que marcharon en Santiago, venían del Oriente, de Las Condes, Ñuñoa, Providencia… ¿Cuántas de esas personas votaron por Piñera? Entonces, que en un plebiscito la gente decida si quiere una nueva Constitución y para qué, y que se establezcan mecanismos de consulta permanente de determinadas materias.