Política

Profesor Carles Ramió de la Universidad Pompeu Fabra habla de cómo la automatización y los robots pueden terminar la burocracia

Responsable de una extensa bibliografía sobre administración e inteligencia artificial, el académico adelanta los efectos de la revolución 4.0 en el sector público.

Por: Ángel Rogel 04 de Mayo 2019
Fotografía: Carla Alarcón C.

“Un sistema burocrático automatizado e implementado por robots puede funcionar a la perfección”, comentó Carles Ramió Matas, profesor de la de la Universitat Pompeu Fabra, quien hace unos días estuvo en la Universidad de Concepción, invitado por el Departamento de Administración Pública y Ciencia Política en el marco de la “XV Conferencia Anual de la Red Inpae”.

En su trabajo, el académico ha profundizado en el análisis de nuevos escenarios que impondrá la robotización, automatización e inteligencia artificial en la sociedad futura y cómo esto se efectuaría a los servicios públicos e instituciones estatales. Justamente, de este y otros temas habló con Diario Concepción.

La inteligencia artificial, la robótica, en la administración pública, puede tener como mínimo dos grandes beneficios. El modelo burocrático nunca ha sido bien implementado, porque lo han implementado las personas. Los empleados públicos tenemos dos problemas, que somos humanos y cometemos errores, y en ocasiones utilizamos las reglas burocráticas en función de nuestros intereses persona les y corporativos (…). Segunda ventaja, la administración pública entrega servicio a los ciudadanos y cada vez tienen que entregar más servicios, y cada día tienen menos recursos. Bueno, lo robots permitirían entregar servicios de igual calidad que ahora, incluso superior, pero a costes mucho más reducidos”, comentó.

Y es que el académico plantea un escenario del que quizás se habla muy poco (casi nada), pero ante el cual hay que estar preparado. A nivel global, en la revolución 4.0, comentó, existe un debate mundial sobre la pérdida de puestos de trabajo. “Las estimaciones más conservadoras dicen que los próximos doce o quince años van a desaparecer el 30% de los puestos de trabajo (…). Otras, mucho más radicales, apuntan a que serán el 60% de los puestos de trabajo los que se perderán. La Ocde lo estima en un 55%”, comentó.

Pese a lo anterior y en lo referido a la administración pública, cree que todo son ventajas, pues los que reciben el beneficio, los ciudadanos, que son los mismos, la financian.

“Un empleado público se puede preocupar de quedar sin puesto de trabajo, pero yo estaría más preocupado si trabajara en la empresa privada, pues ahí se hacen los cambios sin anestesia. En el sector público, los cambios se realizan con mucha más sensibilidad social (…). En el caso de España, con el impacto de la robotización, estimo habrá una pérdida de trabajo del 30%, de aquí a doce años. Aunque tenemos una ventaja, tenemos una administración pública muy envejecida, en el caso de ustedes, les llegará más tarde”, dijo.

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