Política

Sectores critican tintes pinochetistas en fundamento de nuevo partido

Tras la conformación de ‘Por mi Patria’, liderado por el nieto de Augusto Pinochet, diversas voces reaccionaron ante lo que consideran un movimiento intolerante dudosamente admisible.

Por: Diario Concepción 02 de Agosto 2016
Fotografía: imagenPrincipal-4122.jpg

Tras la conformación de ‘Por mi Patria’, liderado por el nieto de Augusto Pinochet, diversas voces reaccionaron ante lo que consideran un movimiento intolerante dudosamente admisible.
 

Maximiliano Alarcón González
maximiliano.alarcon@diarioconcepcion.cl

 

A raíz del artículo publicado en Diario Concepción el pasado 28 de julio, en que se relataba la junta de firmas del movimiento ‘Por mi Patria’, liderado por el nieto del fallecido ex dictador Augusto Pinochet Ugarte, el también ex militar Augusto Pinochet Molina, diversas fueron las reacciones ante el surgimiento de la colectividad en nuestra ciudad. Y en el proceso, se dejaron ver opiniones cruzadas mucho más controversiales y acaloradas que las que se estilan en la discusión de los partidos tradicionales.

Desde el momento de la publicación, hubo lectores que cuestionaron la validez democrática de un eventual movimiento "pinochetista" o de un pensamiento que destaque positivamente lo ocurrido en dictadura en aspectos que van más allá de la política y la economía.

En su cuenta de Facebook, el ex candidato a alcalde y diputado, Francisco Córdova, fue bastante crítico y demostró su preocupación. Esto, porque según señala "las ideologías, no todas por ser ideologías deben ser toleradas, porque la tolerancia tiene que ser usada con criterio. Si apunta a disminuir la libertad de los seres humanos, a tener excusas para delitos de lesa humanidad, no puede ser tolerada, porque esto tiene un límite. El pinochetismo es intolerable. No hay que entender la democracia como algo donde se puede hacer y decir cualquier cosa. La democracia es un pacto entre la ciudadanía de lo que es aceptable o no, y el pinochetismo no debe ser aceptado en una sociedad democrática".

Para Córdova, las ideologías o llamados a pensamientos de odio deberían ser proscritos por ley. "Ese partido es de base fascista, donde consideran que el Golpe Militar fue útil y necesario para el país, y eso sería como que un nazi dijera que lo que hizo Hitler fue necesario para que Alemania creciera. Intentos de formación de partidos como ‘Por mi Patria’ deberían estar prohibidos", afirma.

Por otra parte, existen movimientos que constantemente están atentos a la existencia de grupos que fomenten la intolerancia y que desatan violencia, como lo son los ‘Skinhead Antifascistas de Concepción’.

Conscientes de la imagen que proyectan, ellos aseguran que no validan la violencia, sino que al contrario, se defienden ante grupos que a través de la fuerza física buscan oprimir a quienes piensen distinto a ellos. Uno de sus integrantes, Pablo Reyes, manifestó que "más allá de que exista un partido de carácter fascista que apoye a Pinochet, hay un punto más relevante, que es hasta donde la intolerancia es tolerable. Cuánto hacemos uso y abuso de la tolerancia, porque frente a cualquier acto denigrante para las personas, uno se cuestiona si somos tolerantes o no".

Reyes plantea que una estrategia de ‘Por mi Patria’ es "aprovecharse del poblador poco informado", debido a que evitan marcar presencia fuerte en zonas, según opina, y una muestra de esto sería el intento de candidatura parlamentaria de Augusto Pinochet Molina por el Distrito 44.

"Si bien el fascismo existe, no es propiedad de la gente rica, sino que se basa y hace su nido en la ignorancia de la gente. Ahí está el fascismo de la calle. Por citar un ejemplo, en Estados Unidos Donald Trump culpa a los inmigrantes de no tener trabajo, así nacen las ideas nacionalistas y ahí se crea el caldo de cultivo", señaló Reyes, quien agregó que "lo perjudicial para la sociedad chilena es que la imagen de Pinochet sea vista por personas como un libertador, porque fue un dictador, violador de Derechos Humanos, y fueron 17 años donde Chile estuvo sumido en el oscurantismo cultural. Los problemas de hoy se generan desde ese tiempo. Pinochet no es una imagen que una al país, es controversial, una figura que divide y es una figura que sigue usando su imagen para dividir al país".

 

Sin impedimento legal

 

En tanto, el abogado Andrés Cruz, pese a que indica que no existe impedimento legal para conformarse bajo una lógica "pinochetista", manifiesta que es delicado basar movimientos en base a la intolerancia. "La diferencia con el pinochetismo es que directamente constituye seguir el caudillismo de un sujeto que, vale decir, carecía de ideología propiamente tal, y que se dejó arrastrar por las tesis ultra liberales que estaban en boga de los individuos más cercanos a él". También considera delicado que un partido se centre en la figura de una persona que no tuvo dudas de utilizar el aparato estatal para perseguir y eliminar a quienes consideraba sus enemigos.

"En el fondo, están tratando en el fondo de avalar las acciones que están vinculadas a violaciones sistemáticas de los Derechos Humanos que le permitieron, a través del miedo y el odio, imponer un sistema político y económico. No estoy de acuerdo que alguien levante una alternativa de estas características, independiente del sector, porque están negando el carácter colectivo de la sociedad. Para sustentar su ideología tienden a eliminar al que está al lado", expresó el ex fiscal

En tanto, para Rodrigo Colarte, doctor en Ciencias Políticas y Sociología, hay un aspecto filosófico y uno jurídico: "Estimo que cualquier partido que tenga como fundamento programático o ideológico a una persona no tiene ningún destino. Si es o no válido o legítimo depende exactamente del nivel de adhesión que pueda conseguir. Entiendo que no existe ningún tipo de restricciones legales que impida que un partido de estas u otras características similares constituirse. Por tanto, su posibilidad de existir depende de cumplir con las exigencias legales.

Además, las implicancias de esto para la sociedad chilena, según Colarte, son pocas: "No se trata de un movimiento social reivindicatorio de la figura del general Pinochet. En un escenario de poco aprecio por los partidos una colectividad partidista más no hace ninguna diferencia. Y en general, creo que los partidos políticos -y quienes tienen alguna inquietud por el servicio público- tienen problemas más graves y urgentes que hacerse cargo, en vez de cuestionar la existencia de un partido que no existe".

 

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