Cuando hablamos de comercio internacional, solemos pensar en productos que “llegan” o “se van” por barco. Pero, ¿alguna vez te has preguntado quién mueve esos barcos? ¿Quién organiza esas rutas? Ahí entran en escena las compañías navieras, las verdaderas arterias del comercio global.
Son empresas que operan los grandes buques que transportan carga por mar. Estas compañías diseñan rutas, administran flotas – a veces de cientos de barcos fabricados por países como Corea del Sur, China, Japón, Alemania e Italia – y conectan puertos de distintos continentes. Existen más de cien líneas navieras internacionales que unen el planeta transportando desde alimentos y ropa, hasta maquinaria pesada o tecnología.
Nuestro país, a pesar de su ubicación lejana en el mapa mundial, está perfectamente conectado: más de veinte compañías navieras internacionales operan en puertos chilenos como San Antonio, Valparaíso y otros del norte y sur del país. Gracias a ellas, nuestras exportaciones como el cobre, el vino, el salmón y las frutas frescas llegan a Asia, Europa y América.
¡Y también recibimos productos del mundo entero, tales como electrodomésticos, celulares, maquinaria industrial, repuestos, ropa, juguetes, muebles, artículos de tecnología, medicamentos, alimentos procesados y vehículos! Principalmente importados desde China, Estados Unidos, Brasil, Alemania, México, Corea del Sur, Japón, India y España, entre otros. Cada uno de estos productos llega gracias a una red logística global donde el transporte marítimo es protagonista. El 91% del total de las importaciones chilenas y el 97% de las exportaciones se realizan por vía marítima, lo que refleja cuán crucial es este sistema logístico para el funcionamiento del país.
Estas empresas permiten que los países comercien, crezcan, se desarrollen. Sin el transporte marítimo, la economía global simplemente no funcionaría. En Chile, muchas regiones dependen de estas conexiones para vender lo que producen y recibir lo que necesitan.
Las navieras no son inmunes a los problemas: bloqueos como el del Canal de Suez, la pandemia o conflictos en zonas marítimas han causado verdaderos dolores de cabeza a la economía mundial. A veces los barcos no pueden pasar o se retrasan semanas. Sin embargo, estas compañías han demostrado resiliencia, adaptando rutas, acelerando procesos y mejorando tecnologías para no detener el comercio.
Sí, el transporte marítimo genera emisiones. Pero hoy, muchas navieras están invirtiendo en buques más limpios, combustibles sostenibles y tecnologías de eficiencia energética. Aunque el camino es largo, están trabajando para reducir su huella de carbono y hacer más verde la logística global.
Acá es donde la historia se vuelve más cercana. Las navieras mueven los barcos, pero los freight forwarders —como Latam Logistics— hacen posible que las empresas chilenas usen ese sistema de forma eficiente. Actúan como puente entre productores y el mundo: coordinan, planifican, asesoran y resuelven imprevistos. Gracias a ellos, incluso los pequeños empresarios pueden exportar o importar como los grandes.
En Latam Logistics nos complace ser parte crucial de este ecosistema, conectando oportunidades, aportando al crecimiento económico del país y generando impactos positivos en las comunidades chilenas. Porque cada contenedor que llega o sale del país lleva consigo más que productos: lleva progreso, sueños cumplidos y futuro.
E-Mail: Embarcadora@latamlogistics.cl. Sitio web www.latamlogistics.cl. Wsp:+56998424005
Catherine Molina
fundadora de Latam Logistics