
El ambiente natural de Ana Araneda es la ciencia. Pero el espíritu inquieto que la ha movido desde pequeña la ha motivado a participar activamente en política, asumiendo desafíos y pensando una ciudad, una región y un país sostenible y equitativo. En el Día de la Mujer, Ana, que es Bióloga y Doctora en Ciencias Ambientales de la Universidad de Concepción, refuerza los roles femeninos en esta etapa de cambios profundos en la que espera seguir aportando y defendiendo la naturaleza, las futuras generaciones y, por supuesto, a las mujeres que transforman y diseñan una nueva comunidad
Ana asegura que su carrera política no tiene más de 5 años. “Vengo de la academia y la investigación y como doctora en Ciencias Ambientales, disciplina que me han permitido colaborar en otra áreas y sectores. Inicié, asesorando técnicamente a un parlamentario en temas de legislación ambiental, en ese entonces estaba redactándose el anteproyecto de la Ley de Marco Cambio Climático, estuve exponiendo en el Congreso Nacional como experta en estos temas y esos espacios me animaron a movilizarme a este nicho y ser parte de la toma de decisiones como lo fui siendo Consejera Regional”.
¿Cuál es su visión sobre el estado actual del medio ambiente en Chile y específicamente en la Región del Biobío?
“Chile enfrenta significativos desafíos ambientales derivados de su modelo de desarrollo económico y las particularidades geográficas del país, los principales problemas es la alta vulnerabilidad a los efectos del cambio climático, reducción de glaciares, incremento de sequias y escasez hídrica crítica, aumento de eventos climáticos extremos, pérdida de ecosistemas nativos, deforestación, similar es lo que ocurre en la región del Biobío, contaminación industrial, emisiones y descargas a los distintos compartimentos ambientales, deforestación y expansión forestal y urbana, contaminación atmosférica por combustión de leña, conflictos socioambientales y hay muchos más con una débil gestión y falta de recursos del Estado.
Y, por lo mismo, ¿Qué políticas medioambientales considera prioritarias para abordar los desafíos actuales en la Región del Biobío?
La Región del Biobío necesita elaborar una política pública regional de Sostenibilidad, que involucre no sólo el aspecto ambiental, sino lo social y económico. Se han hecho importantes esfuerzos para la región, por ejemplo, la creación de la política pública de biodiversidad (única en Chile) y la política regional de residuos domiciliarios, políticas que fueron elaboradas y aprobadas bajo mi mandato como Core y Presidenta de la comisión de medio ambiente. Hoy tenemos una importante oportunidad, los planes comunales de acción de cambio climático, que permiten a los municipios levantar sus acciones de acuerdo con sus problemas y riesgos ambientales.
¿Cómo cree que se pueden conciliar el crecimiento económico con la protección del medio ambiente en la Región del Biobío?
La Sostenibilidad es el gran modelo de negocios que los sectores productivos deben abrazar, es una lástima que el mundo y el país llego tarde, tuvimos que llegar a esta gran crisis climática, sin precedentes para tomar medidas. Hoy día la Ciencia y la Tecnología contribuyen a mejoras en los procesos de producción y minimizar los impactos ambientales, cambios de formas de economía, la circular, por ejemplo, usar todas las Erres para los distintos residuos que se generan por la elaboración de productos y/o servicios. Además, hoy tenemos una institucionalidad ambiental robusta que debe retroalimentarse constantemente de acuerdo con los escenarios futuros y que van guiando a la economía a un buen cumplimiento, eso sí, la fiscalización es un pendiente histórico que necesita ser revisado y trabajado.
¿Cómo cree que la perspectiva de género puede influir en la toma de decisiones sobre políticas medioambientales?
La perspectiva de género en políticas medioambientales representa una dimensión crucial para abordar los desafíos ecológicos con mayor integralidad. No se trata solo de incluir mujeres, sino de reconocer sus conocimientos, experiencias y roles específicos en la gestión ambiental. Las mujeres, especialmente en comunidades rurales e indígenas, han sido históricamente gestoras fundamentales de recursos naturales. Su conocimiento tradicional, su capacidad de adaptación y su visión sistémica pueden aportar soluciones innovadoras a problemas ambientales complejos. La inclusión de género implica transformar estructuralmente los espacios de decisión, removiendo barreras culturales, económicas e institucionales que históricamente han limitado la participación plena de las mujeres.
¿Qué desafíos enfrentan las mujeres en la Región del Biobío en relación con el acceso a recursos naturales y la participación en la toma de decisiones medioambientales?
Históricamente las mujeres en la Región del Biobío hemos tenido limitaciones estructurales, por ejemplo, la tenencia de la tierra, menor porcentaje de títulos, barreras legales para el acceso a la propiedad rural, en temas de recursos hídricos, la distribución desigual de derechos de agua, menor representación en juntas de vigilancias y regantes, en recursos forestales, exclusión de mujeres en cadenas de valor del sector forestal, hay muchos más. En la toma de decisión, hemos avanzado, pero retrocedemos a su vez, sin embargo, la existencia de programas de formación en liderazgo ambiental, capacitación técnica para mujeres rurales, emprendimientos sostenibles, cuotas de participación femenina, políticas de paridad en espacios de decisión, nos da esperanza en continuar.
¿Cómo puede la política medioambiental abordar las necesidades y perspectivas específicas de las mujeres en la Región del Biobío?
En realidad, para abordar cualquier tipo de políticas y en especial las de medio ambiente se deben considerar aspectos importantes: Promover activamente la participación de las mujeres en la toma de decisiones, es decir, representación equitativa en consejos y/o comités, programas de capacitación y empoderamiento para lideresas ambientales, reconocer el papel fundamental de las mujeres en la gestión de los recursos naturales, especialmente en comunidades rurales. El enfoque de abordar necesidades y perspectivas, va más allá de la simple inclusión numérica. Se trata de una transformación estructural que reconoce a las mujeres como actoras fundamentales en la gestión ambiental.
¿Cómo planearía involucrar a la comunidad y a los actores locales en la toma de decisiones sobre políticas medioambientales?
Es un trabajo colaborativo, entre el gobierno, sector público – privado, la academia, trabajo que hoy se ha levantado por las mismas presiones de los habitantes. Hay que continuar fortaleciendo la participación de la comunidad, a través de mesas de dialogo, mapeo colectivo de problemáticas socioambientales, la misma participación ciudadana de los proyectos que ingresan al servicio de evaluación ambiental, Inyección de recursos a las organizaciones a través de programas con planes y acciones específicas a abordar. Adicional, hoy contamos con el acuerdo de Escazú, no solo se trata de un instrumento legal sino de un modelo de gobernanza que busca democratizar la relación entre las comunidades.
3. ¿Qué mensaje le gustaría transmitir a las mujeres y a la comunidad en general sobre la importancia de la protección del medio ambiente en la Región del Biobío?
Cada una de ustedes – agricultoras, pescadoras, manufactureras, profesionales, cuidadoras de sus hogares, estudiantes, mapuches, urbanas y rurales – tienen el poder de transformar nuestra realidad ambiental. No somos víctimas del cambio climático, somos agentes de cambio y una oportunidad de reinvención. Cada acción cuenta: desde reciclar, hasta defender un humedal, desde sembrar un árbol, hasta exigir políticas públicas responsables. En esta ocasión donde conmemoramos una parte de la historia por nuestros derechos, no debemos olvidar nuestra conexión con el planeta y nuestro poder de regeneración.
Ana cuenta que desde niña, hubo un interés en adquirir conocimientos, porque para mí, la naturaleza es la perfección y maravilla que no tiene límites. “El haber estudiado la ciencia de la vida, soy bióloga de profesión y luego especializarme a través de un doctorado en Ciencias Ambientales, ser docente Universitaria, me ha permitido dialogar con diferentes entidades, concretar ideas y buscar soluciones viables para mejorar la calidad de vida de las personas y alcanzar un medio ambiente sano y para que esto ocurra, sin duda debe existir empatía, compasión y voluntad, hay mucho por hacer y la invitación es que más niñas y jóvenes lideren todos los espacios y contribuyan a reducir brechas y mejorar nuestros entornos”.
Cada acción local, por muy pequeña que sea, tiene un impacto global, esa es la motivación del día a día y la esperanza. Los niños y los jóvenes tienen las llaves para hacer estos cambios, ya que quienes hoy gobiernan o producen el Producto interno Bruto de la Región o el país, no fueron conscientes de las consecuencias ya sea por desconocimiento o intereses propios. Todos los días tengo la fortuna de ver crecer, multiplicar a mis lombrices de tierra, que trasforman toneladas de basura orgánica y generan un subproducto esencial para los suelos y es el mejor ejemplo de vida, que, de una acción local genera impactos importantes.
¿Qué consejo le daría a otras mujeres que están interesadas en involucrarse en la política y las políticas medioambientales?
A todas las mujeres que quieren involucrarse en política, decirles que “La política no es un privilegio, es un derecho y una responsabilidad colectiva, cuando una mujer hace política amplia los horizontes de todas y hoy más que nunca, una voz más, es fundamental para construir un futuro sostenible. Cada mujer que participa TRANSFORMA la sociedad.