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Opinión

El desafío de un nuevo tablero

Es admirable lo que hacen las familias, verdaderos pilares del ajedrez chileno. En cada viaje, torneo y entrenamiento, acompañan con dedicación y amor a sus hijos.

Por: Diario Concepción 19 de Octubre 2025
Fotografía: Cedida

Alejandra Díaz Sepúlveda
Presidenta Federación de Ajedrez de Chile

En Chile ha reverdecido el entusiasmo por el ajedrez. Desde clubes que, con pasión, organizan torneos, hasta escuelas donde docentes visionarios dedican tiempo extra para enseñar este juego milenario, se ha tejido una red silenciosa que impulsa el desarrollo del ajedrez en sus primeras etapas.

Niños y niñas aprenden muchas veces en casa, alentados por sus familias. Luego encuentran en talleres, academias y clubes un espacio donde lo lúdico se une con lo educativo, sembrando un nuevo pensamiento. Así germina, de abajo hacia arriba, un movimiento que debiera transformarse en nuevos impulsos institucionales y de promoción sostenida.

Experiencias internacionales, como la de India, muestran que esos impulsos dispersos se convirtieron en políticas públicas que alcanzaron a millones de estudiantes. Donde un profesor o una familia encienden la chispa, puede nacer una cultura ajedrecística capaz de educar e inspirar, pero que requiere anclarse en una política pública más amplia para consolidarse.

En Chile observamos con admiración esos ejemplos, y comprendemos que ha llegado el momento de comenzar institucionalmente este crecimiento, para que el ajedrez llegue al mayor número posible de escuelas.

La Federación de Ajedrez de Chile ha trabajado con dedicación para organizar un calendario nacional estable, fortaleciendo la confianza, la competencia y la planificación. Paralelamente, ha impulsado la llegada de eventos internacionales, como el Campeonato Sudamericano Absoluto y Femenino 2025, que se disputará desde el 3 hasta el 8 de noviembre en Rancagua, ciudad simbólica por su historia y su espíritu estratégico.

Este encuentro refleja el compromiso de las autoridades regionales que creen que el ajedrez puede ocupar un lugar central en la vida cultural y deportiva del país. Más allá de los resultados, enseña disciplina, empatía y pensamiento estratégico: valores que trascienden el tablero y acompañan toda la vida.

Para seguir creciendo, necesitamos nuevas sinergias entre el mundo público y privado. El ajedrez debe ser parte del patrimonio cultural y educativo de Chile, y su expansión requiere sumar voluntades y recursos.

Es admirable lo que hacen las familias, verdaderos pilares del ajedrez chileno. En cada viaje, torneo y entrenamiento, acompañan con dedicación y amor a sus hijos.

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