
Tamara Cumsille Manriquez
Coordinadora Técnica de la Línea de Tratamiento del Consumo Problemático de Drogas y Alcohol
Fundación Tierra de Esperanza
La reciente información entregada por el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA), a través del 15° Estudio de Drogas en Población Escolar 2023, nos otorga una importante oportunidad de reflexión para repensar nuestro accionar y el abordaje frente a las problemáticas que viven los adolescentes.
Estos datos pueden ser de mucha utilidad cuando se analizan detalladamente y con miras a la búsqueda de soluciones. Dentro de los análisis que podemos hacer, se aprecia un aumento significativo del consumo de alcohol y marihuana en los estudiantes de octavo y primero de enseñanza media. Este dato resulta preocupante, puesto que la evidencia muestra que el consumo de drogas y alcohol en la adolescencia, cuando el cerebro se encuentra en desarrollo, genera cambios y afecciones a nivel neurológico. Es así como cobra relevancia una detección oportuna, que nos permita tomar medidas a distintos niveles y apoyar a los adolescentes en sus necesidades.
Para esto es importante contar con información y herramientas de detección, en los diversos espacios en los que se mueven los adolescentes, especialmente la familia, personas cercanas y contexto escolar. Es fundamental estar atentos principalmente a los cambios de comportamiento y de emocionalidad, porque es detrás de esos cambios que podemos descubrir lo que puede estar ocurriendo, lo que los aqueja, lo que los afecta, y así, junto con ello, movilizarnos para brindar el apoyo que se requiera.
Sin duda, estudios como el realizado por SENDA permiten entregar insumos a los distintos actores de la sociedad para implementar acciones que contribuyan a revertir esta realidad. Es fundamental considerar los datos y actuar articuladamente para prevenir el aumento de estas cifras.
Fundación Tierra de Esperanza, durante su larga trayectoria de trabajo en el tratamiento de drogas y alcohol en población adolescente en distintas regiones del país, ha desplegado diversas estrategias de intervención, brindando atención especializada, no solo a los adolescentes, sino también a sus familias o quienes son parte importante de su vida. Desde este ámbito, la experiencia nos ha demostrado que debemos siempre incorporar a las personas cercanas, porque son ellas quienes pueden identificar de manera más oportuna esos comportamientos, alertar y generar acciones que contribuyan al bienestar de las y los adolescentes.