Claudia Hurtado
Abogada-Corporacion SOMOS
En el Día del Trabajo en nuestro país, marcado por temas y demandas relativos a la inestabilidad laboral, la lentitud en la creación de empleos, el deterioro del empleo y la cesantía, vamos a ver como la entrada en vigencia de la denominada “Ley de las 40 horas” comienza a surtir algunos efectos en el mundo del trabajo formal.
Esta ley, que se discutió por muchos años en el Congreso Nacional ya es una realidad, y en los próximos días, entró en vigor. Su aplicación será gradual, hasta llegar a las 40 horas semanales de trabajos. En esta primera etapa, lo que se busca es reducir de 45 a 44 horas semanales la jornada de trabajo.
Uno de los aspectos que más destacó, en el debate legislativo de esta norma que se sustenta en recomendaciones de carácter internacional y de expertos, es que los tiempos han cambiado y que hoy se requiere de más tiempo para poder disfrutar o compartir con la familia, realizar actividades de esparcimiento, aprovechar la naturaleza, entre otras razones o motivos. También se consideró sobre el impacto en la productividad e incluso respecto a los efectos en la salud emocional.
Las organizaciones comenzaron a adecuar sus jornadas, se iniciaron los diálogos y se suponía que todo estaba preparado para la entrada en vigencia de esta modificación, tan esperada y que tanto tiempo demoró en aprobarse, cuando un dictamen de la Dirección del Trabajo precisó el alcance para reducir gradualmente la jornada laboral.
Principalmente, lo que se determinó es que, para cumplir con el espíritu de la ley, no se podía reducir el horario de trabajo semanal en 12 minutos diarios, tampoco es posible subir la misma cantidad de tiempo, al tiempo de colación, sino que en esta primera etapa lo que se busca es restar una hora en un día de la semana.
Lo planteado por la Dirección del Trabajo tiene lógica y sentido, sobre todo si lo que se busca es poder cumplir con el espíritu de la ley, que fue aprobada por amplia mayoría en el Congreso Nacional y que según lo expresado por la ministra Jeanette Jara, alcanzará a 4,7 millones de personas en el país.
Si lo miramos desde ese punto de vista y más aún si se trata de una buena noticia para las personas y las familias, como se señaló por las autoridades en época de su promulgación, también era de toda lógica que las precisiones, alcances y aspectos que permiten su aplicabilidad, hayan sido anunciado con la debida anticipación. Estoy segura que, de haber sido de esa manera se habría evitado una pugna o supuesta intención de desconfianza, entre empleadores y trabajadores, que hoy más que nunca requieren de dialogo, confianza y colaboración para poder salir del estancamiento y crisis del empleo, que ha dejado huellas profundas en muchas familias.