Opinión

Teléfonos celulares: ¿culpables o inocentes?

El autor destaca que para esa medida sea posible y tenga sentido, su eliminación debe ser total.

Por: Diario Concepción 11 de Abril 2024
Fotografía: Cedida

Dr. Félix Cova solar
Profesor Titular Universidad de Concepción

Hoy se está discutiendo la eventual prohibición del uso de celulares en las escuelas, dado ciertas evidencias de que ello favorecería mejores aprendizajes. Se trata de una discusión de gran relevancia, que debe realizarse con una comprensión amplia de sus alcances y, también, con un cuidadoso análisis de cómo debe ser implementada para que sea efectiva.

El reciente libro del psicólogo social Jonathan Haidt, “La generación ansiosa”, integra un gran volumen de investigaciones que indican que los niveles más intensos de malestar emocional y de dificultades para afrontar las exigencias de la vida que presentan las nuevas generaciones pueden ser atribuidos, en un grado importante, a que han crecido en mundo fuertemente digitalizado y, particularmente, a una vida inmersa en las redes sociales. Hay controversia, por cierto, al alcance que se le puede dar a estos resultados. Pese a estas controversias, parece difícil, sin embargo, desconocer que la inmersión continuada en el mundo digital y en las redes sociales es uno de los factores relevantes que ha contribuido a que los jóvenes presenten grandes dificultades para atender sostenidamente, que hayan visto reducida la vida social “en carne y hueso”, a la existencia de un estado de deprivación del sueño generalizado, entre otros factores, con incidencias negativas en su desarrollo y bienestar.

Haidt propone como una medida fundamental eliminar completamente el uso de celulares en las escuelas. El autor destaca que para esa medida sea posible y tenga sentido, su eliminación debe ser total. De nada serviría tener a estudiantes esperando cualquier descuido de profesores para usarlos, además de lo poco práctico y abusivo que sería intentar que los profesores hagan de vigilantes de sus estudiantes. No se trata de impedir todo uso de tecnología sino todas aquellas actividades, como el empleo de las redes sociales, que conspiran contra la implicación de los estudiantes en sus quehaceres y, de especial importancia, que limitan sus interacciones “cara a cara” con los demás. Se trata de un planteamiento que merece la mayor de las atenciones, en el que se requiere evitar la influencia de las predisposiciones a priori que las personas tenemos a favor o en contra de las novedades tecnológicas.

Etiquetas