Opinión

Buenas intenciones

Australia ha resuelto recortar su programa de incentivos para atraer inversores extranjeros (conocido como “Golden Visa”) dado sus pobres resultados económicos y el aumento de la corrupción.

Por: Diario Concepción 27 de Enero 2024
Fotografía: Sergio Escobar Miranda

SERGIO ESCOBAR MIRANDA
Integrante Centro de Estudios Europeos UdeC

Australia ha resuelto recortar su programa de incentivos para atraer inversores extranjeros (conocido como “Golden Visa”) dado sus pobres resultados económicos y el aumento de la corrupción y actividades de lavado de dinero. Informó, asimismo, que en los últimos años, el 85% de quienes la solicitaron eran inversores chinos que, se teme, apliquen con fondos ilícitos.

Los programas Golden Visa para atraer inversión extranjera son de aplicación en diversos países. Algunos ejemplos: España la ofrece para quienes compren inmuebles y Portugal exige inversiones de app 500 mil euros a cambio de dar residencia por algunos años. Alemania también establece requisitos de inversión para su Golden Visa, así como Bélgica que pide inversiones en empresas locales. Sin embargo, la Golden Visa está siendo cuidadosamente revisada en todas partes, tanto en su diseño como en el análisis de quienes aplican para obtenerla, evitando así atraer dineros provenientes del narcotráfico u otras operaciones ilegales. Canadá, por ejemplo, suprimió su programa Golden Visa en 2014, aún cuando algunas provincias lo mantienen, porque con la buena intención contenida en su definición no basta…como ocurre también con muchas otras políticas públicas.

Parece obvio que los países buscan con Golden Visas únicamente a extranjeros que inviertan fondos legítimos, pero han constatado que
se les pueden ¨colar¨ otro tipo de inversores cuyos recursos tengan origen ilegal. No basta, pues, con las buenas intenciones de un determinado programa, por lo que algunas jurisdicciones ya están en proceso de revisión.

Vinculando lo aquí planteado con nuestro país, lamentablemente, parece que estamos lejos de abordar este tipo de “problemas” relativos a programas para extranjeros como las Golden Visas, al revés, nuestras políticas actuales de inmigración son un buen reflejo de la falta de claridad y decisión de la actual administración.

Así, supuestas buenas intenciones se evidencian cuando algunas autoridades, oponiéndose a cualquier forma de límite o de control migratorio, creen ser “empáticos”, porque son partidarios de una política de puertas abiertas, pero que viven a 2 mil kilómetros de distancia de Colchane y no compiten con inmigrantes para conseguir un espacio en el jardín infantil o el CESFAM. El problema parece ser que estamos recibiendo a más personas de las que somos capaces de acoger. Y no parece ser un límite demasiado estricto, el de expulsar al que entra ilegalmente o delinque, si eso efectivamente ocurriera.

Esperemos que un futuro próximo, siendo optimistas, tengamos que hacernos cargo de revisar los millones de dólares que aspiraran a entrar a nuestro país por estos programas de Visa, en lugar de suplicar porque alguien se haga cargo del aumento de delitos al parecer “importados” que antes no conocíamos, como secuestros, sicariato y balazos a plena luz del día.

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