Opinión

Los BRICS+, América Latina y el nuevo orden multipolar

Por: Diario Concepción 02 de Diciembre 2023
Fotografía: Cedida

Millán Requena Casanova
Académico de la Universidad de Alicante (España)
Centro de Estudios Europeos UdeC

Creado en 2009 y ampliado con la incorporación de Sudáfrica, el grupo BRICS —Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica— se convirtió en un foro alternativo de economías emergentes que aspiraban a promover la cooperación y desempeñar un papel más activo en la reconfiguración de la gobernanza económica global. Desde sus orígenes, los BRICS representan un enfoque distintivo de las relaciones internacionales caracterizado por dar voz a las economías emergentes del Sur Global y por el cuestionamiento de los mecanismos multilaterales de gobernanza financiera (FMI, Banco Mundial). De hecho, su mayor éxito hasta ahora se ha logrado en ese ámbito: la creación del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) para financiar proyectos de infraestructuras.

La XV Cumbre de los BRICS, celebrada en Johannesburgo en agosto, constituye un punto de inflexión pues incide de manera decisiva sobre la configuración de un sistema internacional multipolar. La agenda de la Cumbre preveía dos temas a tratar. Por un lado, promover la “desdolarización” en los intercambios comerciales entre los miembros del grupo. China, la potencia dominante en el bloque, promueve el comercio bilateral en monedas locales, es decir, en yuanes chinos, por el peso determinante de su economía entre los miembros del bloque. Por otro lado, la ampliación del bloque a una plataforma más amplia de países del Sur Global que han mostrado interés en unirse al club. Los BRICS se ampliarán el 1 de enero de 2024 con la incorporación de Argentina, Etiopía, Egipto, Irán, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos. Los nuevos miembros del grupo (BRICS+) incluyen a varios de los mayores productores de energía, que se suman a los mayores consumidores del mundo en desarrollo, lo que confiere al bloque un enorme peso demográfico y económico, así como un contrapeso a foros como el G-7 o el G-20, liderados por Occidente.

La eventual incorporación de países latinoamericanos a los BRICS abre oportunidades. El peso de dos economías emergentes en Sudamérica, como Brasil y Argentina, puede tentar a otros países de la región (Venezuela, Uruguay, Bolivia) a aspirar incorporarse a los BRICS+, contribuyendo a una mayor heterogeneidad del grupo. Pero también implica riesgos, pues los países de la región podrían ser percibidos como asociados a países como China, Rusia o Irán, sujetos a sanciones occidentales. Mientras Occidente observa con inquietud esta expansión, el Secretario General de la ONU advertía que “las estructuras de gobernanza global de hoy reflejan el mundo de ayer”, por lo que sería una gran ocasión para una reforma justa del FMI y del Banco Mundial, que acomode estas instituciones a la realidad del siglo XXI.

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