JAIME MARTÍNEZ ROA
Jefe del Programa de Especialización en Anestesiología y Reanimación UCSC
El dolor es uno de los principales motivos por el que las personas buscan atención médica. A diferencia del dolor agudo que es biológicamente útil -como cuando retiramos la mano de un objeto caliente evitando mayor daño-, el dolor crónico es en sí mismo una enfermedad compleja que requiere tratamiento y que tiene importantes efectos sobre la salud mental. El modelo biopsicosocial del dolor describe los síntomas físicos como derivados de la interacción de factores biológicos, psicológicos y sociales. Es conocido que situaciones como depresión, ansiedad, insomnio o inclusive una condición socioeconómica adversa pueden ser el resultado de padecer dolor crónico, sin embargo, se tiene menos conciencia que estos factores pueden ser los que condicionen a una persona a sufrirlo.
La enorme carga que conlleva esta enfermedad hace imperiosa la aparición de nuevos y más eficientes tratamientos. Un avance reciente ha sido lograr comprender la biología detrás de una condición genética muy infrecuente denominada “insensibilidad congénita al dolor”. Destacable es el caso de la escocesa Jo Cameron, a quien su médico derivó al equipo de genetistas del University College de Londres luego de notar que ella no experimentara dolor tras cirugías mayores en su mano y cadera; además del hecho de que ella virtualmente no sufriera de ansiedad o miedo en su vida cotidiana. Tras seis años de estudios se logró identificar un gen denominado “FAAH-OUT” el que contiene una rarísima mutación que es la causa de sus características únicas. Anteriormente se creía que el área del genoma que contiene el gen “FAAH-OUT” era ADN “basura” (sin función), pero los estudios demostraron que su expresión forma parte de lo que se conoce como sistema endocannabinoide que es un complejo sistema de comunicación entre el cerebro y otras partes del organismo y que está implicado en aspectos como el dolor, la memoria y el estado de ánimo.
Así, el equipo de investigadores del University College logró comprender cómo funciona el gen “FAAH-OUT” a nivel molecular, lo que es el primer paso hacia desarrollar nuevos tratamientos farmacológicos, que, sin duda serán un gran avance en pos de aliviar a quienes sufren la terrible carga que es vivir con dolor.
Como ya se ha remarcado, el dolor tiene efectos enormes en las esferas física, psicológica y social, pero muchas veces los profesionales de la salud olvidamos que estas asociaciones son bidireccionales, es decir, que si bien los factores predisponentes y sus consecuencias son bien conocidas, la otra cara de la moneda es que factores que promuevan la resiliencia como el apoyo emocional y los estilos de vida saludables, serán fundamentales en los procesos de curación y disminuirán el dolor crónico y sus consecuencias.