Entre los logros por equipos se tienen: que desarrollaron un proceso para convertir el aire, el igual la electricidad y la levadura en alimentos.
Leidy Peña Contreras
Licenciada. en Física y Estudiante del Magíster en Astronomía UdeC- Divulgadora CATA.
Así como lo leen, un challenge de comida espacial. Hace un tiempo escribí acerca de la necesidad de ser creativos e innovadores respecto a la comida que se consume en microgravedad. No me imagino a los primeros astronautas y cosmonautas, lo que tuvieron que consumir para poder sobrevivir mientras tenían la mejor vista de sus vidas, cumplían sus sueños de ir al espacio, sí, pero a costa de alimentos digamos, poco apetitosos.
En actualidad, esto se ha convertido en todo un campo de investigación, ¡por fin!, que va desde invenciones desde casa, es decir, desde la Tierra, hasta empezar a hacer sus propios sembradíos las tripulaciones en la Estación Espacial Internacional. No nos emocionemos mucho, tampoco ha llegado a ser un gran avance, empezamos con pimientos y lechugas, pero lo importante aquí es poder entender que “no solo de pan vive el hombre”, o sea, que no solo es tragar por sobrevivir, es disfrutar el momento de comer y a la vez alimentarte como debe ser, mientras eres parte de un exclusivo grupo que vuela sobre el planeta.
En el Deep Space Food Challenge de la NASA y la CSA (Agencia Espacial Canadiense), varios equipos pasan por diversas etapas mientras ingenian sistemas alimentarios que puedan fortalecer a las futuras tripulaciones que se adentren a explorar el Sistema Solar, ayudan a crear tecnologías que permitan mejorar misiones a largo plazo. Estos equipos provienen de empresas, universidades y solucionadores individuales, que en la última fase que pasaron se encargaron de crear prototipos que utilicen mínimos recursos y generaren pocos desechos mientras producen alimentos seguros, saludables y apetitosos.
Entre los logros por equipos se tienen: que desarrollaron un proceso para convertir el aire, el igual la electricidad y la levadura en alimentos; también crearon una solución que imita la fotosíntesis a base de plantas y hongos; desarrollaron una cocina espacial que permitirá a los astronautas preparar sus comidas con ingredientes de larga vida útil; entre otros.
El incentivo final, un premio de 1.5 millones USD de premios totales, y en sí, la satisfacción de ser parte de un gran proyecto, y poderse enfrentar al paladar de los astronautas con comida sabrosa y nutritiva que es parte fundamental de cualquier misión exitosa de exploración humana.