Opinión

Tecnología e innovación para la igualdad de género

Por: Diario Concepción 21 de Marzo 2023
Fotografía: Cedida

Un trabajador de la minería me comentó hace poco que había sido un error incorporar mujeres como conductoras de camiones, porque se enfermaban: “No es para ellas, las mujeres son más débiles, es algo de la naturaleza”, dijo.

Le pregunté si esos camiones estaban diseñados pensando en ellas. Me miró con un gesto como diciendo ¡qué absurdo! Le señalé que, en promedio, las mujeres somos más pequeñas y tenemos proporcionalmente piernas y brazos más cortos que los hombres, lo que dificulta entrar y salir de la cabina, ajustar el asiento o alcanzar los pedales, causando dolor físico y enfermedades musculoesqueléticas. No es que ese empleo “no sea para ellas” es que las condiciones no son justas.

Le hice ver que el mismo problema se replica en áreas como la salud, donde profesionales de baja estatura corren un mayor riesgo de hacer movimientos que produzcan lesiones musculoesqueléticas, por ejemplo, al girarse para mirar el monitor durante las cirugías.

Lo mismo sucede en la agricultura, donde la mayoría de las herramientas fueron diseñadas para el tipo de cuerpo de un hombre, el que tiene mayor altura y fuerza. En este ámbito, la ciencia podría ayudar a identificar las brechas de género en el diseño e impulsar innovaciones en el transporte, equipos quirúrgicos o herramientas, que beneficiarían a mujeres y hombres con necesidades similares. Tuvimos poco tiempo para conversar, pero al menos sembré una duda sobre su creencia inicial.

No le alcancé a precisar que la ciencia puede ser una respuesta, siempre y cuando se desarrolle por equipos de investigación diversos con un enfoque interseccional, integrando el análisis de variables como el sexo, género o raza en la investigación e innovación para agregar valor y aumentar su impacto social.

No pude comentarle que las mujeres aún estamos subrepresentadas, tanto en investigadoras como sujetas de investigación. Quizás por esto, solo en Reino Unido más de ocho mil mujeres fallecieron por un infarto que era prevenible, en una década. Me habría gustado contarle que en el área de la neurociencia, muchos investigadores que estudian el envejecimiento del cerebro aún no consideran la menopausia como una variable relevante.

Afortunadamente, hoy más neurocientíficas se preguntan si el cambio hormonal puede contribuir a que las mujeres tengan el doble de posibilidades que los hombres de desarrollar Alzheimer. O comentarle que la inteligencia artificial se está convirtiendo en parte integral de la vida diaria, pero al replicar sesgos de género sus potenciales beneficios están en duda, lo que, sumado a la brecha de género en competencias digitales y usos de Internet, amenaza con profundizar las desigualdades a nivel global, y que las universidades a través de su docencia, investigación y vinculación serán claves para neutralizar este escenario.

Precisamente, el lema de Naciones Unidas para el Día Internacional de la Mujer Trabajadora es “por un mundo digital inclusivo”, poniendo énfasis en cómo la innovación y la tecnología pueden ayudar a lograr la igualdad de género y hacer frente a los múltiples desafíos que hoy enfrenta la humanidad.

DRA. VANIA FIGUEROA IPINZA

Directora InES-Género, UACH

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