Opinión

Enero literario. Hitos y desmemoria

Así como se reconoce en escritores y algo menos en escritoras la vigencia, trayectoria y aportes a la literatura, otros autores, especialmente de regiones han sufrido cierto olvido y un injusto desconocimiento de su obra.

Por: Diario Concepción 30 de Enero 2023
Fotografía: Cedida

Pablo Gaete Villegas
Profesor de Historia y Geografía
Magíster en Arte y Patrimonio
Director de Balmaceda Arte Joven Biobío

Sin duda el mes de enero es prodigo en hitos y recuerdos para el mundo de la literatura chilena. Tanto redes sociales como medios de comunicación destacaron la fecha del 23 de enero, que recuerda la muerte de Nicanor Parra en 2018 y de Pedro Lemebel en 2015. Coincidencia pura, el mismo día y con pocos años de diferencia nos dejaban físicamente el antipoeta, varias veces candidato al Nobel, laureado con el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, el Premio Miguel de Cervantes y el “Juan Rulfo”, Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe entre los más importantes; y el cronista de la disidencia resistido por el establishment conservador; crítico de la dictadura y del canon literario imperante. Luego de su muerte, la obra de Lemebel ha sido reconocida por la academia y aplaudida por un público más amplio, lo que ha permitido la reedición de sus libros, junto a la valoración de su arte de vanguardia y ruptura con su proyecto performatico las Yeguas del Apocalipsis, con acciones que llevó a cabo en los años 80 junto al escritor Francisco Casas.

Un poco antes, el 6 de enero, se conmemoraron 156 años del nacimiento del escritor Baldomero Lillo padre del realismo social chileno, nacido en Lota en 1867, orgullo de la cultura de la zona del carbón, cuyos libros de cuentos Subterra y Subsole hoy forman parte de los clásicos de la literatura en nuestro país.

Y el día 10 de este mismo mes, se cumplieron 66 años de la muerte de Gabriela Mistral. A su imagen de poeta que escribía a los niños y niñas, sus escritos posteriores le dieron un liderazgo intelectual avanzado en ámbitos de la educación, la defensa de los indígenas y los derechos de la mujer durante gran parte del siglo XX. No sólo fue la primera escritora latinoamericana en obtener el Premio Nobel, sino también una gran educadora, diplomática e intelectual reconocida en el tiempo que le correspondió vivir y construir una obra que es orgullo de nuestro país.

Así como se reconoce en escritores y algo menos en escritoras la vigencia, trayectoria y aportes a la literatura, otros autores, especialmente de regiones han sufrido cierto olvido y un injusto desconocimiento de su obra. Tal es el caso del poeta, escritor y editor Marco Cabal, nacido un 7 de enero en Concepción. Creó la Editorial Letra Nueva en 1981 y su colección “Cuadernos de Movilización Literaria” activó durante esos años el desarrollo de la creación literaria y en particular de la poesía. Tuve la suerte de conocerle e invitarlo a realizar talleres literarios para jóvenes en el Centro Cultural Balmaceda de Lota y Concepción. Con modestas ediciones publicó durante la década de los 80 y los 90 a numerosos poetas que hoy son destacados escritores de la escena literaria penquista. Marco Cabal, fallecido en 2019, era el seudónimo de Nibaldo Sepúlveda Zúñiga, fue un personaje literario quijotesco y generoso, que al decir de Jorge Teillier vivía el hecho poético, pues para ser poeta no basta escribir poemas, se requiere también una concepción poética del mundo. Y sin duda Marco Cabal lo demostró con su vida y su obra.

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