Opinión

Descentralizar a través de la Ciencia

¿Cómo puede apoyar la Ciencia a potenciar a las distintas regiones? Si bien hace rato vivimos en un mundo globalizado en que las fronteras son cada vez más cercanas y fáciles de cruzar, podría ser contraproducente pensar en satisfacer única y exclusivamente las necesidades de la población desde las principales ciudades donde se concentran Universidades y Centros Tecnológicos.

Por: Diario Concepción 28 de Septiembre 2022
Fotografía: Cedida

DR. CLAUDIO TORO AEDO

Director Ejecutivo Centro de Investigación de Polímeros Avanzados (Cipa)

 

Al analizar las recomendaciones de diversos actores públicos y privados a nivel local sobre cómo debiese encaminarse un nuevo proceso constituyente, existe bastante consenso en la necesidad de dar genuina voz y representatividad a la institucionalidad regional para apuntar decididamente a un texto que promueva la descentralización.

En ese sentido, en paralelo con el debate sobre la ruta a seguir para redactar una renovada Constitución que empodere aún más a los territorios que conforman nuestro país, la Ciencia también tiene un camino recorrido, ejemplo de ello ha sido la instalación de Institutos Tecnológicos Públicos y Centros Regionales de Investigación Científica y Tecnológica, que no solamente ejecutan su labor desde los territorios, sino que además centran su foco de desarrollo y adaptación de conocimiento en temas pertinentes a las regiones, “queremos que se acelere el paso para contribuir a que cada vez más los sectores productivos y sociales encuentren en sus propios territorios la solución a sus demandas y desafíos en conocimiento y tecnología”.

Y ahí es donde surge la pregunta lógica y también legítima: ¿Cómo puede apoyar la Ciencia a potenciar a las distintas regiones? Si bien hace rato vivimos en un mundo globalizado en que las fronteras son cada vez más cercanas y fáciles de cruzar, podría ser contraproducente pensar en satisfacer única y exclusivamente las necesidades de la población desde las principales ciudades donde se concentran Universidades y Centros Tecnológicos.

Por lo tanto, se observa en el desarrollo y fortalecimiento de las capacidades locales de I+D+i un mecanismo que contribuye a abordar las problemáticas territoriales, articularse con los actores públicos y privados de distintas zonas, generar capital social e impacto regional. Si no existiesen capacidades mínimas en los territorios, la respuesta es que muy probablemente todo ello se seguirá concentrando donde “sí hubiese condiciones necesarias”, posiblemente en Santiago. Ciertamente este factor multiplicador no lo queremos seguir observando. Hoy en día a través de la política pública se hacen importantes esfuerzos en el diseño; desde las regiones por medio de la Política Regional de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI), que diseñarán los Comités de Ciencia y Tecnología Regionales; a nivel macrozonal a través del Desarrollo de Nodos de Aceleración del Impacto Territorial de la CTCI, llamado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) y; a nivel nacional a través de la Política Nacional de CTCI diseñada por el Consejo Nacional de CTCI, entre otras iniciativas de planificación.

Una serie de acciones que requieren complementariedad y conexión entre sí, lo cual es un desafío complejo dado que se requiere adquirir un compromiso con la descentralización de parte de las personas e instituciones de desarrollo científico y tecnológico. Nótese que esta reflexión se hace desde la Región del Biobío, donde históricamente hay capacidades y masa crítica para que la Ciencia impacte positivamente en el territorio. ¿Pero qué ocurre con otras zonas menos desarrolladas, los extremos del país por ejemplo? Sin duda un gran desafío nos queda por delante, no obstante, los beneficios serán múltiples y el desarrollo territorial más equilibrado.

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