Contiene los acuerdos fruto del diálogo institucional, democrático y legítimo de la Convención Constitucional
Amaya Alvez Marín
Abogada-Colectiva Justicia en Derechos Humanos
A 9 días del plebiscito que nos develará la voluntad del Pueblo de Chile respecto del texto de Nueva Constitución, parece oportuno detenerse y observar el camino hasta aquí recorrido, el que nos permite tener hoy en las manos un texto fruto del diálogo y acuerdos de un país esperanzado en la construcción de un mejor Chile.
El contenido del texto que se plebiscitará el próximo domingo 4 de septiembre no es la postura de un sector ni tampoco excluye deliberadamente a otro, sino que contiene los acuerdos fruto del diálogo institucional, democrático y legítimo de la Convención Constitucional. En este momento y desde esta perspectiva parece imprescindible traer a la memoria el caminar de tantas y tantos que antecedieron este proceso constituyente, que desde sus posiciones de poder o desde sectores marginados han levantado la bandera de la dignidad humana como centro y fin de la protección del Estado, la necesidad de repensar la forma de vincularnos entre nosotros y con nuestro entorno, con la naturaleza y demás seres sintientes, y la urgencia de incorporar en nuestra Constitución el reconocimiento y efectiva garantía de los derechos sociales.
La dignidad humana es el atributo que debe iluminar el actuar del Estado y los ciudadanos, pues nos permite vivir autónomamente -vivir como libremente se decida con bienestar material-, y en igualdad -sin atender a ninguna otra circunstancia o condición que la de ser persona-. Así entendido, el derecho debiera ser una herramienta que permita construir puentes sobre las diferencias, que facilite el establecimiento de vínculos entre todos quienes componen la sociedad, que proteja la naturaleza y a los seres sintientes, de modo tal que todas y todos puedan gozar en igualdad de los derechos fundamentales. Existen sin embargo, en la historia de Chile, innumerables casos en los que el derecho no ha cumplido dicha función, sino por el contrario ha profundizado las diferencias y marginado a ciertos grupos hasta el punto de invisibilizarles.