Opinión

Chile cambia, pero hay cosas que no cambian

En nuestra Región son 1.492 los protagonistas de la manifestación más dura y cruda de la pobreza.

Por: Diario Concepción 18 de Agosto 2022
Fotografía: Daniela Sánchez

Definir hoy el perfil de las personas que viven en situación de calle es difícil; la pandemia, la migración y, ahora, el alza del costo de la vida, han cambiado el paisaje callejero. Hay familias, con hijos o sin ellos; personas de la tercera edad, con pareja o solos; extranjeros y chilenos; muchos con enfermedades crónicas, problemas de salud mental o de consumo de drogas. En nuestra región son 1.492 los protagonistas de la manifestación más dura y cruda de la pobreza, de acuerdo a los datos oficiales del Ministerio de Desarrollo Social, que todos sabemos que se quedan muy cortos. El pasado 2021 eran 1.375 en Biobío (número también disminuido), y de ese número, 800 se distribuían en toda la provincia de Concepción.

Por eso, este jueves 18 a las cinco de la tarde estaremos haciendo notar que “Chile cambia, pero hay cosas que no cambian”. Una de ellas es la realidad dramática de las personas en situación de calle, la que buscamos relevar con una foto en gran formato de “la vivienda” de Juan (54), que vive en un ruco frente a la Vega Monumental, a pasos del límite con la comuna de Hualpén y el Puente Juan Pablo II. “Cada invierno me pregunto si sobreviviré para llegar a ver el verano, es que no son pocos los que se mueren de frio por vivir en la calle. Por ejemplo, mire usted mi casita, la tengo completamente forrada con latones, madera, nailon, todo lo que se pueda porque acá la humedad y el frío en Concepción llega hasta los huesos. Y esto que ven ustedes, no es fácil de lograr, porque a uno le quitan los pocos cachureos que tiene, lo que hace aún más difícil enfrentar esta vida”.

Si para todos, la vida no es fácil, ¿cuán compleja lo es para alguien que se quebró, cayó, perdió y ha llegado a un punto en que ni siquiera tiene un lugar donde hacer sus necesidades, tomar agua potable, lavarse, guardar sus documentos, sus medicamentos, protegerse, en una calle cada vez más violenta? Eso es lo que buscamos visibilizar este 18 de agosto en que recordamos a Alberto Hurtado. Él, que luego sería santificado, fue más que nada un visionario y un activista social que recogió niños en las miserables calles santiaguinas de fines de los años 40 del siglo pasado, buscando darles un hogar, y que consideraba que la vivienda era una necesidad imperiosa. Para él, la miseria no era un problema político, sino un problema de fraternidad. De falta de solidaridad. A llenar esa carencia, apelamos en la víspera del aniversario número 70 de su muerte, con la gigantografía del ruco de Juan.

Pase, mire e involúcrese.

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