Opinión

Agroecología tiene rostro de mujer

Desde la agroecología como forma de afrontar la crisis climática, se abre un espacio esperanzador.

Por: Diario Concepción 17 de Agosto 2022
Fotografía: Cedida

Alejandra Ibarra Rebolledo
Asociación de Municipalidades de la Región del Biobío

Hace poco en nuestra organización acuñamos la frase “La Agroecología tiene rostro de mujer”. También podríamos decir que la regeneración y la restauración tiene el mismo rostro. ¿Por qué? ¿Que ha llevado a que la mujer campesina se manifieste como su principal ejecutora e impulsora? ¿Qué implicancia tiene esto para el desarrollo sostenible de los territorios? Según Naciones Unidas, el 70% de las personas pobres en el mundo son mujeres y aunque realicen el 66% del trabajo en el mundo y produzcan el 50% de los alimentos, solo reciben el 10% de los ingresos y poseen el 1% de la propiedad. Esto último es importantísimo en las zonas rurales, donde las mujeres han debido adaptarse a pequeños espacios domésticos donde desarrollar todo lo que se necesita para satisfacer las necesidades de una familia, aplicando herramientas ahora tan modernas como la Circularidad. Podemos decir que la agroecología surge como necesidad hacia las demandas familiares en un contexto adverso, pero también como forma de ir mejorando el entorno, protegiendo la biodiversidad. Acá se aplica la prueba y error, las practicas agroecológicas son parte de un proceso vivo que se va reflexionando entre muchos actores, fortaleciendo todo el tejido social de una comunidad. El año 1991 se llevó a cabo la primera cumbre de la tierra, desde donde se alzó el concepto de sustentabilidad como nunca antes en la historia de la humanidad. Se sostiene entre otros puntos que se deben promover modos de consumo y producción que reduzcan el impacto sobre el medio ambiente satisfaciendo las necesidades básicas de la humanidad, atender a recursos críticos como el agua y la tierra, y a factores ambientales como el estado de los ecosistemas y la diversidad biológica. De eso ya van 30 años con resultados inciertos que nos empujan a la acción desde todos los frentes y con todos los actores. Desde la agroecología como forma de afrontar la crisis climática, se abre un espacio esperanzador. En la agroecología se generan productos locales de gran calidad, con mercados que valoran un manejo natural, con productos “normales”, con sabores y colores reales. Se potencian los mercados locales y las cadenas cortas. Sin duda que la agroecología es una oportunidad de mejorar las condiciones de vida de la mujer rural y así generar desarrollo local sostenible. ¿Podremos entonces desde nuestra región, estar aportando en la “Agenda 2030 para el desarrollo sostenible”, donde se propone impulsar una urgente transición hacia sistemas alimentarios sostenibles, practicando la agroecología como proceso, con sus diversas dimensiones?

 

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