Las imágenes de Webb servirán a miles de astrónomos en todo el mundo y permitirá realizar estudios.
Leidy Peña
Estudiante del Magíster de Astronomía UdeC
El observatorio astronómico más potente que posee la humanidad en la actualidad nos ha reflejado de lo que es capaz. El telescopio espacial James Webb es catalogado como el principal observatorio de la próxima década, es el resultado de un objetivo en común para muchas naciones y es consecuencia de un arduo trabajo que duró más de dos décadas. Este observatorio será un hacedor de sueños que nos llevará a observar el universo como nunca lo hubiésemos imaginado.
Las imágenes de Webb servirá a miles de astrónomos en todo el mundo y permitirá realizar estudios en diversas subáreas de la astronomía, que va desde la cosmología hasta la formación de estrellas, pasando por exoplanetas, Sistema Solar y pare de contar. Es un observatorio espacial que se desempeñará como una máquina del tiempo, permitiéndonos mirar hacia el pasado, por lo que es difícil no exagerar la emoción que rodea el acontecimiento de la revelación de las primeras imágenes que arrojó el telescopio y el sinfín de descubrimientos que se podrán obtener. Webb es una colaboración internacional entre la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Canadiense (CSA), y cuenta con tecnología de punta, realmente innovadora. Posee un espejo primario que está compuesto por 18 segmentos hexagonales que combinados hacen un espejo con un diámetro de 6,5 metros, además de un módulo de instrumentos científicos integrados (ISIM), el cual es el corazón del telescopio o carga útil principal, que alberga los cuatro instrumentos principales que detectan las señales débiles de estrellas, galaxias distantes y planetas.
Las primeras imágenes de Webb fueron seleccionadas por un grupo de representantes de la NASA, la ESA, la CSA y el Instituto de Ciencias del Telescopio Espacial, quien es el responsable de operar el telescopio luego de su lanzamiento. La intención de esta selección es demostrar las capacidades tecnológicas de los cuatro instrumentos con gran resolución, un abrebocas de lo que se espera obtener en los siguientes años.
Entre ellas se tiene: una imagen de campo profundo a todo color con miles de galaxias; otra, que muestra la Nebulosa del Anillo Sur, la cual es una nube de gas en expansión que rodea a una estrella moribunda, y se encuentra a unos 2.000 años luz de distancia de nosotros, donde se pueden observar áreas verde azulado que indican el denso gas y polvo; otra imagen, con un grupo compacto de galaxias ubicado en la constelación de Pegaso, el Quinteto de Stephan, que revela la interacción entre galaxias y cómo este tipo de sucesos desencadena la formación de estrellas, esta es una imagen que contiene más de 150 millones de píxeles y está construida a partir de casi 1.000 archivos de imagen separados; también, una imagen de la Nebulosa de Carina que muestra las primeras fases de la formación de estrellas que antes estaban ocultas; y, el espectro de un planeta fuera de nuestro Sistema Solar revelando la firma clara de agua en su atmósfera, que en estudios previos de este planeta no se detectó.
Se esperan con mucha ansiedad próximas imágenes que podrán ajustarse a todo tipo de gustos y colores, y que podrán contribuir al avance científico y a la búsqueda de conocimiento del ser humano.