Opinión

¿Una nueva Constitución para Chile?

El proyecto de Nueva Constitución se construye en base a premisas diametralmente opuestas o distintas a sus predecesoras.

Por: Diario Concepción 05 de Julio 2022
Fotografía: Cedida

José Cisternas Tapia
Abogado y académico Facultad de Derecho Ucsc

Este 4 de julio la Convención Constituyente comunicó al Presidente de la República, Gabriel Boric Font, la propuesta de texto constitucional aprobada por este organismo. A contar de dicho instante, corresponde al primer mandatario convocar a un plebiscito nacional para que la ciudadanía se pronuncie aprobando o rechazando la propuesta de nueva Constitución.

En este sentido, no es la primera vez que durante nuestra historia constitucional nos sometemos a un cambio constitucional. Dicha situación ocurrió, a modo de ejemplo, en el caso de las constituciones de 1833, 1925 y de la actual Carta Fundamental. Si bien dichos textos constituyeron una nueva Carta Fundamental, todas estas mantienen o mantuvieron elementos comunes conforme a la tradición constitucional chilena, como son: el Estado Unitario, el Senado o un solo Poder Judicial, por mencionar algunos.

No obstante lo anterior, el proyecto de Nueva Constitución se construye en base a premisas diametralmente opuestas o distintas a sus predecesoras. En efecto, la propuesta emanada de la convención parte de una construcción sustentada principalmente en los conceptos de plurinacionalidad e interculturalidad, lo que conllevará supuestamente a la coexistencia de diversas naciones y pueblos en el marco de la unidad del Estado, bajo la idea de una democracia paritaria en donde el Estado reconoce y promueve una sociedad en la que mujeres, hombres, diversidades y disidencias sexogenéricas participen en condiciones de igualdad sustantiva; por medio de una nueva forma de organización territorial como es el caso del Estado Regional; a través de un nuevo sistema legislativo donde se termina con el Senado y se reemplaza por la Cámara de las Regiones, o mediante la sustitución del Poder Judicial por un Sistema Nacional de Justicia, por solo mencionar algunos.

En otras palabras, se puede plantear, sin lugar a dudas, que el proyecto de nueva Constitución constituye un cambio radical y profundo en la forma de construir la sociedad política chilena, que va más allá de una mera modificación constitucional sustentada en la consagración de derechos sociales garantizados por el Estado, bajo un prisma de un Estado Social y Democrático de Derechos.

Sin perjuicio de ello, cabe recordar que todo texto constitucional que quiera ser tratado como tal, debe ir más allá de cambios sustanciales como son los que plantea el proyecto de nueva Constitución, sino debe tener en cuenta que una Carta Fundamental debe velar por una adecuada ordenación de la convivencia del Estado; por un orden institucional duradero; por el establecimiento de regulaciones básicas o esenciales y, por sobre todo, en promover la unidad e integración de todos los sectores de la Nación.

Dicho lo anterior, este 4 de septiembre, más allá de responder la arista del Apruebo o Rechazo al proyecto de nueva Constitución, la premisa e interrogante sobre la cual debe reflexionar la ciudadanía para este plebiscito de salida es si lo emanado de la convención constituyente representa o no una nueva Constitución para Chile.

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