Opinión

Prevención en nuestras manos

Si queremos que nuestras fuerzas se concentren en un punto, como lo hace el clavo al entrar en la madera, necesitamos enfocarlos a la prevención que se juega en cada casa del país. De lo contrario, nuestra lucha será, lamentablemente, solo una cama de faquir.

Por: Diario Concepción 28 de Junio 2022
Fotografía: Cedida

Raúl Perry

Fundación San Carlos de Maipo

Este domingo 26 se conmemoró el Día Internacional de la lucha contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas. Y lo primero que me surge es la pregunta: ¿estamos ganando esta lucha? El PNUD reporta que Uruguay, Argentina y Chile son los países con mayor consumo per cápita de cocaína. Según SENDA, los adolescentes chilenos tienen el consumo más alto de marihuana en América del Sur, generando la principal causa de adicción de aquellos en tratamiento. ¿Qué estamos haciendo mal?

Un estudio en Australia, que siguió desde los 12 a los 16 años a casi 2000 adolescentes, logró determinar que el principal factor de riesgo para el consumo de alcohol desmedido es que los padres sean quienes inician a sus hijos e hijas en el trago. Localmente, observamos que el aumento en el consumo escolar de la marihuana se dio en simultaneo con la disminución de la percepción de riesgo de los padres, madres y cuidadores. Los datos nos dicen algo fácil y difícil de asimilar: está en nuestras manos, como adultos responsables, establecer estándares seguros de comportamiento.

El desafío que, como Fundación San Carlos de Maipo, fundada por la Sociedad del Canal de Maipo, nos hemos dado para abordar la prevención del consumo, es dotar de habilidades que permitan a los padres, madres y cuidadores, en las diferentes etapas del desarrollo de sus Niños, Niñas y Adolescentes (NNA), establecer el marco de un desarrollo saludable. Programas como Familias Unidas, PMTO o Guiando Buenas Decisiones, permiten reforzar estos lazos y obtener no solo NNAS libres del flagelo de las drogas, también hogares más en paz y en donde el cariño pueda expresarse libremente sin los obstáculos de la falta de diálogo. Y hay abundante evidencia de que esto es así.

Si queremos que nuestras fuerzas se concentren en un punto, como lo hace el clavo al entrar en la madera, necesitamos enfocarlos a la prevención que se juega en cada casa del país. De lo contrario, nuestra lucha será, lamentablemente, solo una cama de faquir.

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