César Astete
Director de las Campañas de Pesquerías,
Oceana Talcahuano.
Durante esta semana se celebra la fiesta de San Pedro, y muchas caletas de Chile adornan sus muelles y embarcaciones para esta tradición de religiosidad popular que se ha expandido más allá de la propia pesca artesanal.
Tanto es así que actualmente se discute en el Congreso transformar el 29 de junio en el Día Nacional de la Pesca Artesanal, un homenaje a hombres y mujeres que se vinculan con el océano como forma de vida.
Para las y los pescadores, esta celebración tiene varios significados, pero existen dos que se repiten en varias comunidades costeras de Chile: Se rinde homenaje y se recuerda con cariño a quienes perdieron su vida en faenas de pesca, así como también se ponen las esperanzas en un año de buena pesca.
La Pesca Artesanal no es un sector homogéneo. Su diversidad, particularidades e identidades a lo largo de nuestro territorio nos entrega una riqueza cultural tan extensa como el mismo océano. Pero además, es reconocida por la FAO por su rol en la seguridad alimentaria, la nutrición, la erradicación de la pobreza, el desarrollo equitativo y la utilización sostenible de los recursos. Sin embargo, pese a su importancia, muchas comunidades de pescadores en pequeña escala siguen estando marginados y no han podido cumplir con el rol descrito por la FAO.
Este mismo organismo internacional, ha decretado 2022 como el año de la pesca artesanal y la acuicultura de pequeña escala, resaltando en el discurso de su director general “una visión de un mundo en el que los pescadores, piscicultores y trabajadores/as de la pesca artesanal en pequeña escala gocen de pleno reconocimiento y empoderamiento para desempeñar un papel fundamental en la consecución de mejores sistemas agroalimentarios, la erradicación de la pobreza, el desarrollo rural y la mejora del bienestar humano”.
En este contexto, el Gobierno de Chile, a través del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo, la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura y el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura, han suscrito un acuerdo de 20 medidas de apoyo a la pesca artesanal que van desde temas administrativos a regulatorios, según lo informó directamente el Ministerio.
Dentro de estas 20 medidas se pueden encontrar la actualización y sistematización de la nómina de pesquerías artesanales, el análisis del seguro de vida y una eventual mejora, resolver inconvenientes con el Registro Pesquero Artesanal (RPA) entre otras.
Los desafíos para una pesca artesanal sostenible no son pocos y las amenazas que vive la actividad son constantes. La sobreexplotación de algunas especies, la destrucción o degradación de hábitats y ecosistemas marinos, la competencia desigual frente al sector industrial, la pesca ilegal, la contaminación, la presión de uso de la zona costera o proyectos específicos como Dominga son solo algunas de ellas.
En esta semana que celebramos y conmemoramos a la Pesca Artesanal es bueno tener en cuenta que “la pesca en pequeña escala tiende a estar firmemente arraigada en las comunidades locales, lo que suele responder a vínculos históricos con los valores, las tradiciones y los recursos pesqueros adyacentes y contribuir a la cohesión social. Para muchos pescadores y trabajadores de la pesca en pequeña escala, la pesca representa una forma de vida y el subsector encarna una riqueza cultural y variada de importancia mundial”.
Tal como lo decía el recordado Humberto Mella, pescador artesanal, “el mar para mí es mi vida, es mi filosofía de vida. Digo en uno de mis poemas que el mar es pan, es vida, es un juguetear de gaviotas, es alegría inmensa, eso es el mar”.
¡Feliz Día Nacional de la Pesca Artesanal!