La participación informada y el ejercicio del espíritu crítico son elementos esenciales en este nuevo Chile que construimos.
Florencia Alvez Marín, abogada
Colectiva – Justicia en Derechos Humanos
Corporación y Oficina Jurídica
Mucho se ha hablado del momento constituyente que vivimos, este espacio de activación de la soberanía popular que puso en marcha un profundo cambio en nuestro ordenamiento político. El próximo 4 de septiembre la ciudadanía se manifestará sobre la aprobación o rechazo de la norma que nos será propuesta por la Convención Constitucional.
Durante 12 meses habremos seguido, de más o menos cerca, el funcionamiento de la Convención. La información en medios de prensa y redes sociales es abundante, muchas veces confusa y la velocidad con la que se replica es vertiginosa.
Hace unos días conocimos los resultados de un estudio realizado por la ONG Derechos Digitales y la encuestadora Datavoz, que concluye que las personas prestan una alta atención a la información sobre el proceso constituyente, independiente de la edad, del grupo socioeconómico, o de si votaron Apruebo o Rechazo. Una gran noticia, considerando que el flujo de información sobre el proceso es continuo y en ocasiones bastante técnico. A pesar de ello la ciudadanía manifiesta gran interés en conocer e informarse, principalmente por redes sociales. El dato preocupante que arrojó dicho estudio es que, del total de las personas encuestadas, un 58% manifestó haber conocido información sobre la Convención que finalmente resultó falsa.
A lo largo de la historia pensadores coinciden en que la honestidad constituye un valor transversal a las diversas épocas y culturas. Ella sostiene los cimientos de las sociedades complejas, pues es la base de la comunicación. Si no se es honesto, la comunicación pierde su valor, pues ¿qué sentido tiene dialogar o llegar a acuerdos si lo que la contraparte afirma es mentira?. Si la palabra pierde su valor, no tiene sentido la vida en sociedad.
Debemos, como ciudadanas y ciudadanos, esperar y exigir más de quienes están involucrados en el proceso. No es suficiente una explicación superficial, una caricatura, un dato incompleto o derechamente falso. Debemos buscar la razón de nuestras afirmaciones, considerando activa, persistente y cuidadosamente toda creencia o forma de conocimiento, a la luz de sus fundamentos y de las conclusiones a las que lleva.
La participación informada y el ejercicio del espíritu crítico son elementos esenciales en este nuevo Chile que construimos.