El emprendimiento ya es parte de nuestra cultura y cada vez buscamos oportunidades donde antes no la habíamos visto a simple vista. La experiencia transmitida entre emprendedores y la vinculación de la Triple Hélice (academia, privados y Estado), es y se hace necesaria para desarrollar emprendimientos exitosos.
Sebastián Opazo Durán
Coordinador (I) Unidad de Emprendimiento, Universidad del Bío-Bío
La creación de Empresas de Base Tecnológica (EBT) son esenciales para un cambio cultural emprendedor innovador en la Región del Biobío, el país y el mundo. Durante los últimos años, y tras lo ocurrido con el estallido social y la actual pandemia, las personas han buscado instancias para generar ingresos extras o consolidar emprendimiento existentes generadores de valor. En ese camino el apoyo de los sectores privado y público, así como de la academia, ha sido clave en el desarrollo.
Las EBT, que se transforman en start-up o spin-off, dependiendo de la participación de la propiedad intelectual, son emprendimientos disruptivos, que se apoyan en un equipo creativo, con habilidades cognitivas desarrolladas y con un equipo humano calificado. Es por ello que las universidades, centros de I+D, empresas e instituciones buscan incorporar a estas empresas dentro de los desafíos y/o solución de problemas.
Las Start-up, que en gran parte son EBT, son un motor de cambio en la actualidad, desarrollando soluciones con pocos recursos y con un alto impacto en el valor que entrega. Es por ello que son cada vez más comunes en el ecosistema emprendedor y que aportan al desarrollo de soluciones tecnológicas a las grandes problemáticas actuales.
Por su parte, los Spin-off universitarios son altamente calificados, debido a su propiedad intelectual compartida con alguna institución, donde existe respaldo de infraestructura, recursos humanos avanzados y recursos (intelectuales/financieros) que hacen que el emprendimiento escale de una manera más acelerada que el Start-up.
A lo anterior se suman los instrumentos que buscan promover y potenciar el emprendimiento dinámico y de alto impacto. CORFO, en los últimos años ha ajustado las líneas de financiamiento y aumentado los recursos en los instrumentos Semilla Inicia y Expande, por ejemplo, concursos que apoyan a emprendimientos innovadores de alto impacto, con foco en el mercado, buscando escalabilidad y sustentabilidad.
La Universidad del Bío-Bío desde su Unidad de Emprendimiento de la Dirección de Innovación apoya constantemente proyectos de estudiantes, académicos/as y comunidad en general para postular a estas iniciativas, logrando resultados significativos en estos últimos dos años de ejecución. Desde la región de Valparaíso a La Araucanía, se promueve una cultura emprendedora, como también a empresas y emprendimientos externos que buscan apoyo institucional para hacer realidad sus sueños.
El emprendimiento ya es parte de nuestra cultura y cada vez buscamos oportunidades donde antes no la habíamos visto a simple vista. La experiencia transmitida entre emprendedores y la vinculación de la Triple Hélice (academia, privados y Estado), es y se hace necesaria para desarrollar emprendimientos exitosos. El fortalecimiento de la vinculación entre estos entes se hace imprescindible para potenciar el tejido empresarial y consolidar el motor del emprendimiento.