José Andrés Valenzuela Farias
Abogado

Durante los años 2020-21 se ha visto un retroceso en cuanto a la participación de la mujer en el mercado laboral, causada principalmente por la situación de pandemia que afecta a todo el mundo.

Los datos indican que la desocupación aquejó con mucha mayor gravedad a las mujeres, no solo a nivel nacional, sino que también a nivel internacional, así por ejemplo lo refleja un estudio del Banco Central publicado a mediados del año 2021.

Lo anterior tiene su explicación, según la mayor parte de los estudios, en que es la mujer quien se encarga de las labores del hogar. Sí, pese a estar en pleno siglo XXI, nuestra sociedad tiene un machismo arraigado que es mucho más profundo de lo que se pudiera pensar.

La correlación de hechos sería más o menos así: con la pandemia se cerraron colegios y salas cunas, los niños se tuvieron que quedar en las casas -bebés y escolares-y a partir de esto, se genera una necesidad de cuidado que casi invariablemente asumieron: las mujeres. Es decir, la mujer se queda en casa cuidando a los niños y el hombre trabaja: el clásico estereotipo de hombre proveedor, mujer cuidadora.

Según datos del Central, esto no es una tendencia solo en Chile, sino que 2/3 de los países desarrollados en que se realizó el estudio, tenían la misma tendencia, lo malo, es que Chile muestra la segunda mayor caída del empleo femenino, solo detrás de Colombia.

Avanzar para tener una sociedad más justa y equitativa parte por las tareas domésticas, no basta con que la mujer trabaje, sino que debe existir una real conciencia de la corresponsabilidad con las tareas del hogar. Lo que demuestran los estudios que analizan el comportamiento del mercado laboral durante la pandemia en relación con el empleo femenino, no es más que el reflejo de lo que sucede al interior de los hogares, en que la mujer tiene un doble rol: trabaja, pero también es la que se lleva el peso de las labores domésticas, entre ellas el cuidado de los niños -o adultos mayores-, por lo que cuando no tienen quien la ayude con esta tarea, como salas cunas, colegios o cuidadores particulares -sin contar al padre- simplemente es la mujer quien debe dejar su trabajo para ocuparse de aquello.

Pese a los intentos de algunas leyes por promover la corresponsabilidad parental, como la posibilidad de traspasar algunas semanas del permiso post natal parental o el derecho a dar alimentación a los hijos menores de 2 años hacia el padre, la verdad es que las estadísticas dicen que la utilización por parte de los padres de aquellos derechos es prácticamente nula.

El asunto entonces es un tema de machismo en las tareas domésticas, que termina permeando en la vida laboral.
La igualdad empieza por casa.