Opinión

102 años no son nada para lo que podemos ser

La academia tiene la obligación ética de invitar a pensar e imaginar nuevos modos de interacciones inclusivas mediante el desarrollo de la capacidad dialógica.

Por: Diario Concepción 03 de Octubre 2021
Fotografía: Archivo.

Grupo interdisciplinario de investigación en derechos humanos y democracia de la Universidad de Concepción (GIDHD-UdeC)

El rector David Stitchkin anunciaba en la década del 60 que el mundo hipnotizado por el desenfreno de la acción sin reflexión había terminado por encapsular el ejercicio del pensar y que, por tanto, era menester buscar un lugar, un oasis, donde cobijarse para pensar.

Sin duda, ese oasis era, es y será la Universidad de Concepción, en cuyo seno se puede practicar el ocio, el rito de la conversación dialógica, la construcción de saberes necesarios de manera libre y crítica, donde se comparten diversas visiones de mundo y también se hace patente la misión que a cada persona le corresponde.

En el Chile de 2021 y cuando se celebran más de 200 años de vida independiente, convulsionado por una crisis política que no necesariamente representa la voz de la ciudadanía, urge la necesidad de volver a rescatar y pensar en el lema y principio de esta institución: por el desarrollo libre del espíritu conjugando tres postulados. La honestidad en la proposición, la dignidad en la expresión y el respeto en la convivencia y las diferencias. En este oasis, se debe priorizar la corresponsabilidad que tenemos en la formación del carácter de quienes han venido a este espacio en búsqueda de quienes les acompañarán en su quehacer como parte de una ciudadanía responsable, crítica y propositiva para la sociedad.

La academia tiene la obligación ética de invitar a pensar e imaginar nuevos modos de interacciones inclusivas mediante el desarrollo de la capacidad dialógica, hacernos el tiempo para conversar con estudiantes y enterarnos quiénes son y qué hacen fuera de asistir a este oasis del pensar. El asombro nos deslumbraría y sin duda, llegaríamos a conformar comunidades más comprometidas socialmente.

Por el desarrollo libre del espíritu es el lema de la Universidad de Concepción y no es banal dedicar un tiempo para pensar qué nos quisieron decir los fundadores para que prevalezcan hasta hoy los saberes necesarios por sobre los desechables a la hora de acompañar a las generaciones más jóvenes cuando estamos construyendo una nueva forma de organizar y convivir en el país.
¡Una bienvenida a este oasis intelectual que permanece vivo gracias a las personas que lo fundaron, y sigue manteniendo su legado hasta hoy! Gracias a la comunidad que la conforma.

GIDHD-UdeC está integrado por Amaya Álvez Marín – Cecilia Bustos Ibarra – Jaime Contreras Álvarez – Ximena Gauché Marchetti – Carlos Muñoz Labraña – Elizabeth Parra Ortiz – Cecilia Pérez Díaz – Jeanne Simon Rodgers y Bastián Torres Durán.

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