Opinión

Mes de la performance: cuando el río suena es porque piedras trae

Podríamos contextualizar al arte de acción como una práctica emancipatoria, donde el agenciamiento crítico de la expresiones performáticas alude a condiciones sociales y políticas.

Por: Diario Concepción 02 de Octubre 2021
Fotografía: Cedida

Natascha de Cortillas Diego
Artista visual y docente Departamento de Artes Plásticas UdeC.

Los imaginarios locales que nutren la memoria colectiva de Concepción dan cuenta de una historia diversa, que apela a un legado cultural respecto del rock, el grabado y ahora último también de la performance. Más allá de zanjar dicha afirmación, y sin quitar mérito a la referencias y escenas que levantan dichas expresiones, se hace significativo pensar en cómo se sobrevive a ello. Ya que pensar gestas simbólicas como resultado de un imaginario histórico de ciudad, deja ver una precariedad institucional para dar cuerpo a un relato histórico que sostenga y constituya la escena artística local como un lugar de conocimiento, de circulación y sociabilización.

“¿Qué es lo que acontece en nuestra construcción identitaria que nos parece tan irrelevante que impide cuidar y apreciar lo que como cuerpo social hemos ido siendo?” como lo señala la editorial de la publicación Diagonal Biobio, emergencia de la escena Cultural Penquista (2020).

Quizás, estos últimos años la performance ha intervenido el dialogo de esta inscripción local, ya que, al parecer, Concepción también es tierra del arte de acción. Y nuevamente se discute si esta práctica obedece a esfuerzos personales o a una condición local y territorial que entrega insumos suficientes para la construcción de un lenguaje con fuerza propia, capaz de levantar una historiografía local en concordancia con nuestras memorias. “No obstante, no se puede soslayar que gracias al trabajo largo y silencioso por parte de algunos performer este territorio logró, por un tiempo, encontrarse entre los que tuvieron mayor ‘dinamismo’ en el arte acción de Chile” como dice Muñoz Coloma, en su artículo Aproximaciones a metáforas sobre la ciudad, el cuerpo y el arte acción (2020).

Frente a esta historia que nos induce a un cuestionamiento y un re-conocimiento de las propuestas performáticas, el único relato posible de comprender sería el vaciamiento del cuerpo (sujeto/objeto) como levantamiento de una resistencia/escena local que se erige desde la creación, re-presentación y presentación del mismo/a. Así, podríamos contextualizar al arte de acción como una práctica emancipatoria, donde el agenciamiento crítico de la expresiones performáticas alude a condiciones sociales y políticas de un presente histórico que le reclama a los espacios hegemónicos el abandono de las dimensiones corporales y afectivas, que reconocen en las transformaciones corporales el cariño a una utopía, más que la monstruosidad de un sistema.

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