Es de esperar que los Gobernadores conozcan desde ya lo que ocurrirá para que su acción sea anterior a la entrega del presupuesto al Parlamento, donde lamentablemente nunca ha habido una mejora de recursos para las regiones.
Jorge Condeza Neuber
Ingeniero Comercial
Muchos recordarán el famoso polinomio con el que se reparten los recursos de algunos fondos de Inversión de decisión regional, entre ellos el FNDR y el F.A.R. Fue muy comentado cuando hubo que repartir los recursos entre Bío Bío y Ñuble, en que claramente nuestra región fue perjudicada debido a que alguien decidió en la capital olvidarse de las fórmulas establecidas en la ley.
Los principales componentes de dicho polinomio tienen que ver con indicadores de pobreza. La suma del número de pobres, la tasa de pobreza, la pobreza rural y la pobreza en familias con jefatura femenina suman 55% del polinomio, siendo los otros indicadores asociados a tamaño de la región y costos de construcción de caminos y viviendas.
La última encuesta CASEN indicó que la pobreza aumentó en el país desde la última medición, llegando esta a 10.8%, un salto importante desde el 8,6% de la última medición. Pero este aumento de pobreza no fue igual en todo el pais. Los datos muestran que aumentó significativamente la pobreza urbana y en las zonas extremas. El principal incremento fue en la Región Metropolitana que concentró el 60% seguido por Valparaiso con un 15,7%. En términos relativos los mayores aumentos fueron en las regiones de Magallanes con 214%, Tarapacá 143%, Arica 122% y Antofagasta 116%.
Las regiones de la zona centro sur- desde O´Higgins al Sur vieron incrementos menores al 10%, incluyendo a los Lagos que vio una caída del 2%.
Ya más o menos saben para donde va el asunto. El polinomio de reparto de los fondos de inversión regionales se calcula cada 2 años y corresponde ahora calcular el 2022 y 2023. Teniendo los índices de pobreza un peso tan alto, los cambios que entrega la CASEN 2020 impactarán fuertemente en nuestra región. Un cálculo preliminar, considerando solo pobreza en términos absolutos y tasa, indicarían que nuestra región podría perder hasta 1% de esta torta total de fondos que administran los Gobiernos Regionales lo que se podría traducir, considerando lo entregado el 2021, en $9.000 millones menos el 2022 y el 2023. La RM recibiría 27.000 millones extras cada año.
Si agregamos a esto que posiblemente el presupuesto público no crecerá absolutamente nada el 2022 y muchas voces piden rebajas considerables, es muy posible que las regiones vean aún más disminuido su peso en el presupuesto de la Nación. Ya el 2021 el Gobierno rebajó en 22% el FNDR supliendo esos fondos con los ahorros que acumularon las regiones por años en el FAR.
Es de esperar que los Gobernadores conozcan desde ya lo que ocurrirá para que su acción sea anterior a la entrega del presupuesto al Parlamento, donde lamentablemente nunca ha habido una mejora de recursos para las regiones.