Opinión

Arica: un caso de contaminación ambiental por negligencia

En nuestra visita a Arica constatamos la extrema desconfianza entre las autoridades, comunidad, e incluso la academia en este caso en particular.

Por: Diario Concepción 14 de Febrero 2021
Fotografía: Diario Concepción

Dr. Ricardo Barra Ríos
Director Centro Eula
Académico Fac. de Cs. Ambientales
Universidad de Concepción

El documental Arica del director chileno-sueco, Lars Edman, disponible gratuitamente en la web del 4to Festival Internacional de Cine Documental AricaDoc, aborda un impactante caso conocido mediáticamente como contaminación por polimetales en una zona de esa ciudad.

El problema se inicia cuando a mediados de los años ‘80 la empresa sueca Boliden envía “barros con contenidos metálicos” (lodos tóxicos) a la empresa chilena Promel. Estos residuos llegan a Chile con la esperanza de ser reprocesados para extraer nuevos metales desde ellos, cosa que por supuesto no ocurre y se depositan en una zona de la ciudad entonces despoblada, el denominado “sitio F”.

La ciudad crece y el acopio de residuos se olvida, entonces se construyen viviendas de bajo costo en sus alrededores. Todo marcha bien hasta que a comienzos de los años ‘90 se comenzó a detectar problemas en los niños de esa población, y se realizaron análisis de metales como el plomo y el arsénico en su sangre. Posteriormente surgen una serie de problemas de cáncer y de salud.

El problema comenzó allí, pues ya nadie se hizo responsable, ya que en Chile no tenemos normas de calidad ambiental para suelos.

Hubo escándalos públicos con los datos de los niveles de metales. Finalmente después de varios años un grupo de la comunidad le ganó un juicio al Estado de Chile, para ser relocalizados e indemnizados por un monto de 8 millones de pesos de la época. El Estado generó además una ley especial para este caso, denominada Ley de polimetales de Arica.

Hace unos años visitamos el área y la situación era aún dramática, pues aunque los residuos fueron relocalizados en una quebrada alejada de la población para evitar el riesgo de exposición, el sitio continuaba rodeado de poblaciones, basurales y degradación.

El documental además muestra niños jugando sobre el acopio de residuos en los años ‘80 y ‘90, en una dramática representación de lo que allí ocurrió. Finalmente, una parte de la comunidad decidió demandar a la empresa sueca Boliden ante la justicia de ese país.

En el documental se relata lo difícil que es establecer una relación entre el acopio de los minerales y las muertes por cáncer o malformaciones en niños, y ese argumento fue la defensa de la empresa. Los acusadores no lograron convencer al jurado de la responsabilidad de la compañía sueca, en este hecho que traspasó las fronteras.

Aunque actualmente existen instrumentos que regulan el transporte transfronterizo de residuos peligrosos y tóxicos, a través del Convenio de Basilea de las Naciones Unidas, nuestro país sigue en deuda respecto a la regulación de la calidad de los suelos. Sin embargo, sí se ha avanzado en regular la calidad del agua y del aire.

Con las cosas así, hoy en Chile se puede construir viviendas sobre antiguos acopios de desechos, porque nadie investiga la historia de uso de los sitios de expansión urbana, y tampoco es un asunto de preocupación en nosotros como consumidores el saber la naturaleza del suelo en que construimos nuestras ciudades.

Es importante aprender de esta experiencia donde todos fallamos. En nuestra visita a Arica constatamos la extrema desconfianza entre las autoridades, comunidad, e incluso la academia en este caso en particular.

Fue necesario enviar a la zona especialistas de Santiago para resolver cuestiones como el tipo de análisis y el laboratorio que debiese hacerlos, para lograr establecer las medidas de mitigación para este grave caso, que se repite lamentablemente en otras zonas del país, como en Antofagasta y también en nuestra región del Biobío.

Esta situación nos debe enseñar la necesidad de trabajar en conjunto con las comunidades, para abordar estos complejos problemas donde el establecer las confianzas es clave, así como a través de las capacidades técnicas construidas en la región, dar esperanza a las personas más vulnerables, para asegurarles que el lugar donde viven no les va a causar daño a su salud y a la de sus hijos.
Si este doloroso documental nos deja una lección, es que no podemos permitir más situaciones como esta en ninguna parte de Chile y de nuestra Región.

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