Opinión

De redes sociales, sueños y poder

El Poder busca apoderarse de las esperanzas de toda una sociedad para prevenir posibles riesgos que pongan en entredicho sus prerrogativas, identificando a los enemigos, pudiendo preveer y combatir oportunamente todo complots o posible rebelión.

Por: Diario Concepción 13 de Enero 2021
Fotografía: Carolina Echagüe M.

Andrés Cruz Carrasco
Abogado, doctor en Derecho

Escrutar e interpretar los sueños de los seres humanos nos permitiría develar el inconsciente colectivo. Este escrutinio dilucidaría cuales son los miedos e ilusiones de una comunidad. Haría posible censurar todo aquello que pusiese en riesgo el poder y los privilegios.

El escritor albanés Ismael Kadaré concibe en “El Palacio de los sueños”, un organismo del Estado cuya función es conservar todos los sueños de los súbditos de un imperio, conformada por una red de funcionarios que buscan en todos los lugares aquellos que son dignos de ser coleccionados y a partir de los que se inicia un procedimiento encaminado a tratarlos, clasificarlos, filtrarlos y seleccionar los que puedan servir para descubrir el “sueño esencial”. El análisis y la interpretación por parte de comprometidos profesionales expertos hace que la “Administración” pueda especificar donde se encuentra el potencial subversivo y anticiparse contra él. El Poder busca apoderarse de las esperanzas de toda una sociedad para prevenir posibles riesgos que pongan en entredicho sus prerrogativas, identificando a los enemigos, pudiendo preveer y combatir oportunamente todo complots o posible rebelión. Este control hace del súbdito un individuo previsible y por ende fácilmente manipulable. Una conquista que parece ser hoy posible por quienes tienen el control de las redes sociales: “toda pasión o idea malvada, toda calamidad o crimen, toda rebelión o catástrofe proyecta necesariamente su sombra mucho antes de manifestarse en la vida real”, dice un adoctrinado funcionario del “Palacio de los sueños”. La incertidumbre es conjurada por la autoridad. Todo miembro de la sociedad es transparente en el tiempo y el espacio, con la ventaja que el sujeto se cree libre aún cuando entrega información de manera constante y sin ningún resguardo, lo que hace más fácil neutralizarlo e imponer un destino colectivo. Puede tener la convicción de ser el rebelde más activo y convencido y no es más que una parte de un engranaje manejado por quienes le muestran lo que quiere ver y le hacen oír aquello que quiere escuchar.

Christian Salomon sostiene que con la revolución digital: “Lo que a partir de ahora se despliega es también el espíritu de nuestra época, a través de las redes sociales, diseminado en mil datos que se clasifican, se seleccionan y se transforman en perfiles y en normas de comportamiento. Su ideología espontánea: anexionar y reabsorber lo posible. Dominar el poder que configura el inconsciente, sus libres asociaciones, la trama de sus imprevisibles variaciones”. Esto también debe ser materia de una carta fundamental.

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