El estudio “Cuidar, sobre tiempos, formas y espacios de cuidado en casa durante la pandemia”, entre otros resultados, concluyó que durante la jornada de la mañana un 73,6% de las funciones de cuidado lo realizan las mujeres y que durante la jornada de la tarde el escenario no cambia mucho, disminuyendo a un 69,4%.
Entre las distintas medidas tomadas por la autoridad con el fin de disminuir la propagación del virus Covid-19, se encuentra el cierre de los establecimientos educacionales en el país, decisión absolutamente necesaria, pero que conlleva dejar a miles de familias sin su única red de educación y apoyo para el cuidado de los menores, como son sus jardines infantiles, escuelas y liceos. Situación que lamentablemente, nos permitió confirmar que gran parte de los cuidados en el hogar siguen siendo responsabilizados a la mujer, asumiendo un rol desigual en la distribución de tareas del hogar, especialmente en el cuidado de las niñas y niños, situación que bien grafica el estudio “Cuidar, sobre tiempos, formas y espacios de cuidado en casa durante la pandemia”, documento que entre otros resultados, concluyó que durante la jornada de la mañana un 73,6% de las funciones de cuidado lo realizan las mujeres y que durante la jornada de la tarde el escenario no cambia mucho, disminuyendo a un 69,4%.
Estas cifras reflejan una problemática socio cultural a nivel mundial profunda, y que, pese a los esfuerzos, aún no logra permear en nuestra sociedad, siendo visible hoy en día en diversos ámbitos, destacando las graves consecuencias negativas en el desarrollo productivo que esta teniendo la crisis sanitaria. En este escenario de escases e incluso inexistencia de redes de apoyo para el cuidado de niñas y niños descrito anteriormente, vemos como el emprendimiento femenino ha visto mermada su actividad. Por ello, debemos destacar la priorización e incorporación del enfoque de género en programas de emergencia y de reactivación económica, en lo puntual en referencia al último programa del Comité de Desarrollo Productivo Regional, denominado PAR Impulsa Mujeres, sin duda podemos debatir si la oportunidad, cantidad y/o universalidad en los sectores son los más apropiados y necesarios, pero desde ya, anteponer el género en un instrumento de emergencia, permite reconocer la priorización de éste y el entendimiento de una problemática real que esta afectando a miles de emprendedoras en el país.
En este momento, en que se esta comenzando a disponer de nuevas políticas de reactivación, es urgente e impostergable plantear la necesidad de que más instituciones inicien un proceso similar, que permita comenzar a dar ciertas certezas a las emprendedoras que hoy se encuentran impedidas de desarrollar sus actividades productivas en plenitud, para ello una propuesta que permitiría profundizar y mejorar la oferta actual, sería facilitar que los fondos adjudicados no tengan ejecución inmediata, si no que, cada emprendedora pueda disponer del monto otorgado para reactivar su negocio, cuando la situación le permita volver a la normalidad, entendiendo ésta, no solo como el término de una cuarentena, si no, cuando el sistema escolar logre abrir sus puertas y por ende, las niñas y niños puedan retomar sus actividades.
Si bien es cierto, los presupuestos públicos funcionan año a año, pero en situaciones excepcionales, se requieren medidas del mismo tenor, por lo mismo, facilitar esta extensión temporal, permitiría disminuir algo que en el mundo de los negocios resulta primordial, como es el manejo de la incertidumbre, ya que desde luego, no es lo mismo estar en casa sin saber como reactivará su emprendimiento, a diferencia de estarlo en conocimiento y con la seguridad que se cuenta con un fondo disponible para que una vez las condiciones lo permitan, poder reanudar y reimpulsar la actividad productiva.