Opinión

Constituyente y Rol del Estado

Para conciliar los fines supremos del bien estar, el desarrollo y la felicidad y a la vez financiarles adecuadamente se requiere Estados altamente eficientes y si bien es cierto nuestra política fiscal requiere de actualización, no parece moralmente posible de abordar reformas tributarias en cuanto no comencemos a lo menos la discusión sobre la modernización del Estado y una que nos permita seguir la eficienciencia y efectividad del gasto y las políticas públicas, para el logro de los objetivos para los que fueron diseñadas.

Por: Diario Concepción 14 de Agosto 2020
Fotografía: Cedida | Fundación República en Marcha

Augusto Parra Ahumada
Presidente Fundación República en Marcha.

Tiende a coincidir altos coeficientes de libertad económica de acuerdo a los datos de Herintage, con altos índices de desarrollo humano del PNUD y en muchos de los casos con los índices de felicidad de Goldamand, echando por tierra algunos argumentos que tienden a justificar un cierto desprecio por la libertad económica y el crecimiento como factor determinante del progreso.
Sin embargo, no hay que llamarse a engaños si uno toma como referencia a Noruega, Nueva Zelanda o Suecia logrando altos indicadores en estos tres componentes, se constituyen en referentes logrando hacer converger libertad económica, con Estados benefactores que no resienten competitividad. Pues no se trata de Estados necesariamente pequeños, pero sí acotados a un conjunto definido de objetivos centrales y altamente eficientes.

Resulta determinante por ende al aproximarse al debate constitucional, en lo medular en relación al rol del Estado poder desapegarnos de cargas ideológicas anacrónicas y comprender que ni en los Estados Omnipresente ni en los Estados reducidos a mínima expresión encontraremos caminos posibles al desarrollo y la felicidad, sino más bien estás residen en el equilibrio propio del Estado Necesario, aquel que permite tanta libertad como sea posible y tanto Estado como sea necesario para asegurar y relevar la dignidad, cuidado del medio ambiente, seguridad social y un conjunto de objetivos pactados y acordados. Con la flexibilidad adecuada para que pueda fluir ante determinadas circunstancias y amenazas que al parecer pueden ser recurrentes en el futuro y requieren de capacidad de respuesta por parte de los Estados.

En cualquier caso, la idea del Estado Necesario consagrado con éxito en la constitución alemana desde la post guerra requiere de abordar el debate desde la sensatez, con gradualidad y pertinencia alejándonos de tentaciones refundacionales y de la idea de la hoja en blanco.

Para conciliar los fines supremos del bien estar, el desarrollo y la felicidad y a la vez financiarles adecuadamente se requiere Estados altamente eficientes y si bien es cierto nuestra política fiscal requiere de actualización, no parece moralmente posible de abordar reformas tributarias en cuanto no comencemos a lo menos la discusión sobre la modernización del Estado y una que nos permita seguir la eficienciencia y efectividad del gasto y las políticas públicas, para el logro de los objetivos para los que fueron diseñadas.

En los próximos días la Fundación Republica en Marcha hará público un informe, para orientar el debate en esta dirección, esperando comencemos previo al plebiscito de entrada del mes de octubre, a debatir contenidos que hasta el minuto más allá de las formas y mecanismos, como si el mundo se agotare en ellos, parecen completamente ausentes, como si la naturaleza de un organismo equivalente al congreso en su conformación, elegido bajo el mismo sistema electoral, que tiende sobre proteger a las estructuras partidarias, por sí mismo representare algún tipo de superioridad en cuanto órgano constituyente en relación al congreso y el solo hecho de una nueva constitución se bastare a si mismo.

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