Opinión

Patriotismo Constitucional y Emergencia Sanitaria

Es por esto que el proceso constituyente es tan importante, y más importante aún, que se haga bien.

Por: Diario Concepción 13 de Agosto 2020
Fotografía: Cedida

Elías Ramos
Abogado y Máster en DDHH, Estado de Derecho y Democracia en Iberoamérica.

La vorágine de acontecimientos acaecidos desde octubre del 2019 en adelante es digna de un argumento de una serie de acción. En 6 meses pasamos por un estallido social con amplias manifestaciones públicas a una fuerte restricción de la libertad de desplazamiento y enérgicas acciones para evitar la propagación del virus Covid-19, que ha afectado a cientos de miles de compatriotas y causado más de 10.000 muertes a la fecha. En medio de todo esto, avanza un proceso constituyente, derivado de un acuerdo transversal de los principales actores políticos del país, donde la principal crítica que se esgrime frente a la Constitución actual sería su falta de legitimidad de origen.

En las últimas tres décadas, Jürgen Habermas dio visibilidad global al concepto de “patriotismo constitucional”. Se trata de una especie de intento de refundación nacional, mediante el establecimiento de valores centrales que, como contenidos universalmente aceptados por la ciudadanía, permitirían orientar el desarrollo social de la nación que, privada de sus otros elementos, debe encontrar una razón para la unidad nacional. Chile tiene su propia profunda herida, una herida en su identidad, en su sentido de pertenencia y de visión social. Lo que actualmente busca es el consuelo del abandono de un Estado frente a las expectativas de la comunidad nacional, en una Carta Fundamental y refundacional.

Es por esto que el proceso constituyente es tan importante, y más importante aún, que se haga bien. El primer paso es el plebiscito de entrada, programado para el próximo 25 de octubre, donde está en juego zanjar la cuestión de la legitimación de la Constitución, mediante el escrutinio público expresado con el voto de quienes aprueben o rechacen. Es por esto que la participación electoral es clave. Por lo mismo llama la atención que, frente a la certeza de que el sufragio más importante de las últimas décadas se realice en medio de una emergencia sanitaria cuya principal estrategia de sobrevivencia es el confinamiento y aislamiento social, no se hagan mayores reparos. Ni hacerlo en dos días, llevar el propio lápiz o usar elementos de protección, podrán hacer frente a la tremenda inequidad que se nos avecina, donde las comunas más pobres que han sufrido mayores contagios y muertes no tendrán la misma participación de quienes cuentan con mayores elementos de protección y movilización propia. Por otro lado, es irresponsable esperar que las personas mayores participen, con los riesgos evidentes que trae aparejado el contagio.

En definitiva, e s contrario a toda lógica no advertir lo que parece evidente. No es posible dar espacio a un evento de participación política de tanta trascendencia para el país en medio de una pandemia.

Que no nos pase lo que ya se ha vuelto un adagio popular, llevar adelante un proceso de reconciliación y reconstrucción nacional, a la chilena.

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