Aquel ejercicio de dignidad nacional de hace 49 años nos debe hacer ver como una posibilidad cierta que Chile haga efectivo para la minería del Litio su nacionalización.
Jaime Tohá
Diputado de la República
Hace 49 años, el gobierno de Salvador Allende con el apoyo transversal del Congreso Nacional, nacionalizaba la propiedad del cobre. Este hito en la historia chilena, marcaría profundamente el devenir económico y social del país, y sería el hecho político que construyó en la conciencia ciudadana por vez primera, que la propiedad y administración de sus recursos naturales era no solo posible, sino además necesaria.
El año 1920, Chile apenas tenía el 11.2% de la propiedad del cobre, y en el salitre alcanzaba a una cifra del 55.4%. A contar de 1925, el salitre comenzaría un retroceso, y el cobre un ascenso importante, lo cual se vería refrendado con la apertura de El Teniente y Chuquicamata en los años siguientes. Chile adquiría una presencia en el mercado cuprífero mundial cada vez de mayor importancia.
Radomiro Tomic, en su libro Testimonios (1988) nos recordaba que el Congreso Nacional el año 1950 había comenzado a hacer un diagnóstico acerca de cómo operaban y qué políticas usaban hasta ese momento, las compañías norteamericanas, poniendo énfasis en el papel que jugaron los senadores Salvador Allende y Eduardo Frei Montalva en dicho análisis.
Así, por más de dos décadas, el trabajo de los sectores políticos progresistas formó convicción en la ciudadanía y en los demás sectores políticos, de hacer realidad que el cobre volviera a manos chilenas.
De esta forma, a mediados de la década de los 60’ en la industria cuprífera empezó a requerirse un incremento productivo del mineral y comenzó la exigencia de refinación completa del cobre en nuestro territorio, lo cual trajo enormes ganancias para el país. Ello desembocaría en la nacionalización de la gran minería del cobre el 11 de julio de 1971, mediante la ley 17.450 que Salvador Allende y el Parlamento unánimemente hicieron posible con el concurso de un país completo. Ese día nombrado con justicia, como el de la “Dignidad Nacional”, hoy nos interpela. Aquel ejercicio de dignidad nacional de hace 49 años nos debe hacer ver como una posibilidad cierta que Chile haga efectivo para la minería del Litio, aquello que el Presidente Allende dijera con motivo de la nacionalización del cobre: “Chile va nacionalizar el cobre en virtud de un acto soberano. Acto soberano que, incluso, está consagrado en las resoluciones de las Naciones Unidas, que establecen que los países tienen derecho a nacionalizar sus riquezas básicas”.