Opinión

Problemas de conexión

Este problema de conexión es el que le impidió a la autoridad “ver venir” las protestas de octubre de 2019.

Por: Diario Concepción 03 de Julio 2020
Fotografía: Florencia Alvez Marin

Florencia Alvez Marín
Colectiva – Justicia en Derechos Humanos

Es un hecho aceptado que la pandemia por coronavirus nos ha forzado a modificar el modo en que vivimos. Uno de los grandes cambios ha sido la forma en que nos comunicamos. En tiempo récord lo virtual se transformó en la principal forma de relación entre las personas, y las plataformas digitales han sido una herramienta valiosa para intentar continuar con la vida “normal”. Esto siempre y cuando se tenga un artefacto tecnológico que soporte la instalación de dichas plataformas, y que el usuario cuente con los conocimientos o con la habilidad para manejarlas. O quizás con algún familiar de buena voluntad que lo asista. Y conexión a internet. Y que viva en un lugar con red estable. Y que, además, el presupuesto familiar permita pagar la cuenta de dicha conexión. Y que, por supuesto, tenga acceso a electricidad.

Así, con todas estas barreras o filtros que superar, miles de personas van quedando atrás en esta “carrera por seguir conectados”. Muchos adultos mayores, estudiantes, habitantes de zonas rurales y tantos otros, quedan rezagados en este mundo que mudó a la virtualidad.

Mientras tanto, en la capital del Reino, la autoridad conectada a sus sistemas imbatibles y equipos de última tecnología siguen adoptando -o no- políticas para “todos los chilenos” con el fin de, según dicen, “superar la crisis”. Exigen salvoconductos que, ¡oh, sorpresa!, se consiguen por medio de un equipo tecnológico; entregan información relevante para conservar la salud mediante actualizadas páginas web. Y así, suma y sigue.

Vemos entonces que no son solo “los problemas de conexión” material los que dejan atrás a miles de personas, acrecentando la brecha de inequidad en nuestra ya fracturada sociedad. Son los problemas de conexión social los que mantienen a familias y comunidades enteras en el rezago, por años. Este problema de conexión es el que le impidió a la autoridad “ver venir” las protestas de octubre de 2019. Es la que no le permitió al ministro de salud conocer la precariedad y hacinamiento en el que viven miles de personas en Santiago, y que provocó que las políticas para frenar el avance de Covid-19 fracasaran. Es la que hoy no le permite escuchar el grito urgente de miles de madres que requieren el post natal de emergencia, para cuidar a sus hijos en medio de una pandemia. Es la que, ante la justa demanda de comunidades Mapuche, solo responde con más violencia y militarización.

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