Opinión

Carta sobre la Tolerancia II

El concepto proviene del término griego ethikos, que significa “carácter”. ... La ética, pues, estudia la moral y determina cómo deben actuar los miembros de una sociedad. Por lo tanto, se la define como la ciencia del comportamiento moral.

Por: Diario Concepción 03 de Julio 2020
Fotografía: Presidente Fundación República en Marcha

Augusto Parra
Presidente Fundación República en Marcha.

Según la RAE, Tolerancia es: Actitud de la persona que respeta las opiniones, ideas o actitudes de las demás personas, aunque no coincidan con las propias. En una primera acepción.

Para Aristóteles al final de la obra Ética Nicomáquea expresa que la investigación sobre la ética desemboca en la política, y por ello las dos obras con frecuencia son consideradas como partes de un tratado amplio, al final de las obras, Aristóteles da a entender que la política es una forma de mantener a la sociedad”.

En otro sentido la ética se relaciona con el estudio de la moral y de la acción humana. El concepto proviene del término griego ethikos, que significa “carácter”. … La ética, pues, estudia la moral y determina cómo deben actuar los miembros de una sociedad. Por lo tanto, se la define como la ciencia del comportamiento moral.

Para don Patricio Aylwin en su famosa clase magistral Ética y Política dictada en la Universidad de Chile, luego de un profundo análisis sobre los fines de la Política, en que aclara para él que el Poder no es un fin en sí mismo, plantea: “Creo realmente que la política es una actividad regida por la ética, y creo que la democracia es, como ha dicho Maritain, el camino para obtener una “racionalización moral de la vida política”, o como lo señalaba Montesquieu, es “el régimen basado en la virtud”.

Por cuanto la tolerancia marca el carácter de la Política y hace posible mantener el sentido cohesivo ineludible y de la esencia de la sociedad, como fin supremo de la política, e imprime el sello que hace posible la racionalización moral de la vida pública.

Para Savater “La ética no es más que el intento racional de averiguar cómo vivir mejor”. Y ese es el fin y la ética de la política en una acepción social.

¿Entonces volvemos a uno de los padres del pensamiento liberal John Locke y la Carta Sobre la Tolerancia que nos convoca, para preguntarnos quien podría ser el propietario de la receta para vivir mejor en sociedad?

Y cobra entonces absoluta vigencia la lógica que indica que no puede haber jueces terrenales y nadie puede evaluar de manera confiable las afirmaciones de los puntos de vista en competencia.

II. que hacer cumplir una verdad única por parte de quien sea, no tendría el efecto deseado porque la violencia no puede obligar a la creencia.

III. Que la coacción al pensamiento conduciría a más violencia social, que permitir la diversidad.

En nuestra frágil coyuntura histórica, marcada por el deterioro de la convivencia social y por la renuncia de la política a su ética y espíritu de búsqueda de averiguar cómo vivir mejor y marcada por su reducción a la afirmación de los propios ideales para intentar imponerles como verdad revelada cobra singular importancia dar pasos hacia aceptar el aporte de determinadas ideas para hacer posible la búsqueda colectiva de ese vivir mejor, para hacer posible un futuro común y comenzar a trascender la hegemonía de aquellos relatos excluyentes sobre todo aquellos defendidos a partir de la coacción social expresada en insultos y descalificación, como la ética y carácter de la política en cuanto articulador de la vida en sociedad.

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