Opinión

Carta Sobre la Tolerancia I

Cabe aclarar, Locke era de fuertes convicciones religiosas y el limite de su tolerancia era el ateísmo, sin embargo, en este hermoso documento hace una defensa que cobra absoluta vigencia de la reivindicación de la tolerancia y la libertad de pensamiento.

Por: Diario Concepción 26 de Junio 2020
Fotografía: Fundación República en Marcha

Augusto Parra
Presidente Fundación República en Marcha

La carta sobre la tolerancia son una serie de cartas que el filósofo John Locke publicó entre los años 1689 y 1690, que ofrecen en buena medida las bases ideológicas esenciales para su teoría política expuesta por las mismas fechas en Dos tratados sobre el gobierno civil. La obra apareció en medio del temor de que el catolicismo se apoderara de Inglaterra, y responde al problema de la religión proponiendo la tolerancia religiosa como respuesta. Esta carta estaba dirigida a amigo cercano de Locke, Philipp van Limborch, quien la publicó sin el conocimiento de Locke.

Si bien hoy la inquisición no es de carácter religioso como lo era en el siglo XVII, estamos frente a una ola de intolerancia, que ha consumido el debate público y político, que creo hace oportuna esta reflexión trasladada al espacio público.

En ella son abordadas “Las dimensiones de la libertad” “De la tolerancia a libertad religiosa” “Las sectas protestantes” “La defensa filosófica de la libertad” “La cuestión de Inglaterra” y “La Carta sobre la tolerancia”.

Locke formuló un razonamiento clásico para la tolerancia religiosa. Tres argumentos son centrales:

1. Los jueces terrenales, el estado en particular y los seres humanos en general, no pueden evaluar de manera confiable las afirmaciones de verdad de los puntos de vista religiosos en competencia;

2. Incluso si pudieran, hacer cumplir una sola “verdadera religión” no tendría el efecto deseado, porque la violencia no puede obligar a la creencia;

3. Coaccionar la uniformidad religiosa conduciría a más desorden social que permitir la diversidad.

Cabe aclarar, Locke era de fuertes convicciones religiosas y el limite de su tolerancia era el ateísmo, sin embargo, en este hermoso documento hace una defensa que cobra absoluta vigencia de la reivindicación de la tolerancia y la libertad de pensamiento.

Distintos textos han circulado en estos días en forma de columnas, ensayos y libros, como respuesta a la violencia en el leguaje, al odio, la descalificación a las ideas distintas o incomodas.
Es en virtud de la vigencia de las ideas de Locke que he querido compartir esta reflexión, a modo de luz a la conciencia colectiva, para comenzar a generar aquellas condiciones precisas para retomar un dialogo democrático que no desprecie el valor de la diversidad de ideas y que responda desde la razón critica fundada en evidencia científica, en datos, en conocimiento y en la razón a los relatos hegemónicos y muchas veces dogmáticos que tienden a excluir a esas ideas diferentes de las que venimos a hacer cuestión.

No se trata de defender una línea de pensamiento en particular, sino de ir en defensa de la libertad de expresión para contribuir a elevar el nivel del diálogo democrático en un país que reclama con fuerza generar mayores condiciones de dialogo y entendimiento para forjar acuerdos que hagan posible un futuro común.

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