Opinión

Fábrica de galletas La República

Por: Diario Concepción 22 de Marzo 2020
Fotografía: Diario Concepción

Ocupando un cuarto de manzana en la calle de Rozas, esquina con la de Ongolmo, se encuentra instalada la gran Fábrica de Galletas y Confites cuyo nombre encabeza este párrafo.

Este establecimiento fue fundado hace como dieciocho años por el señor Alfonso Maurín y giró durante largo tiempo bajo la razón social de Maurin Hermanos.

Montado a la europea, sus productos han sido elaborados con esmerada atención, consultando en sus instalaciones, junto con la comodidad, todas las reglas del aseo y de la higiene más escrupulosas.

El edificio, construido expresamente para su objeto, contiene todos los departamentos necesarios para la conveniente distribución de los elementos de su servicio, ocupando su respectivo lugar las oficinas de despacho, el salón para el envase de las mercaderías, los depósitos para la materia prima, un horno inglés movido y alumbrado eléctricamente, una estufa para secar bombones y pastillas de goma, dos hornos para secar queques y galletas extrafinas.

Un poderoso motor eléctrico da movimiento a nueve o diez máquinas que se encuentran en continuas funciones, batiendo y mezclando unas las preparaciones que otras láminas y cortan dando la forma a las galletas, que luego pasan al horno para su cocimiento.

Da entre toda esta maquinaria, se hace notar por su perfección la prensa para hacer galletas comprimidas.

Los productos de esta fábrica fueron agraciados con el primer premio en la Exposición Industrial de Concepción celebrada en 1900, y en la de 1904 fueron premiados con medalla de oro.

Hace poco tiempo este establecimiento fue adquirido por la Compañía General de Galletas, formada por la firma Caldentey y Navarro.

La fábrica se halla bajo la inmediata dirección y vigilancia de sus dueños, así en la parte administrativa como en la industrial y comercial. Por tanto, la finura de sus productos, su exquisito gusto y la demanda de ellos, es debido a la delicadeza gastada en su confección y a los materiales empleados, que son de primera calidad.

Respecto a la calidad de los productos, los nuevos industriales nos han dicho lo siguiente:

“En pastillas corrientes, no podemos admitir competencia por el inmenso y variado surtido y por su clase extra fina.

Las Pastillas de Goma son tan buenas, si no mejores que las importadas.

Pastillas de Seda: llamamos la atención sobre este artículo por lo variado del surtido y su sequedad garantía que resiste todo clima.

Pastillas Medicinales: pronto nos llegará de Norte América la maquinaria para elaborar estos artículos que serán tan buenos como los extranjeros.

Deseosos de satisfacer a nuestros favorecedores, no omitimos sacrificios; al efecto hemos construido un nuevo y gran salón, igual a uno de los mejores de la Fábrica de Nántes (Francia) al que se ha pasado toda la maquinaria y donde está instalada la que nos ha llegado últimamente de Europa.

Los precios de nuestros artículos, relativamente bajos, atendida su fina clase, es lo que lo que hace que los productos de nuestra fabricación, se expendan en todos los almacenes, tanto de esta como fuera de Concepción.

La producción de la fábrica es actualmente de más o menos diez quintales por día, teniendo capacidad para una cantidad mayor.

Debido a que todo se hace a máquina, emplea muy pocos operarios, apenas unos veinte.

En suma, la Fábrica de Galletas y Confites “La República” es, en su clase, la primera en Concepción y una de las buenas en el país.

Alejandro Mihovilovich Gratz
Profesor de Historia y Geografía
Investigador del Archivo Histórico de Concepción

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