Opinión

Mineros del cielo

Cuando el minero encuentra una veta de preciosa ley, la sigue y la extrae hasta el límite.

Por: Diario Concepción 20 de Febrero 2020
Fotografía: Roger Leiton

Roger Leiton
Departamento de Astronomía, U. de Concepción
Centro de Instrumentación Astronómica (CePIA)
Proyecto Anillo Agujeros Negros Supermasivos

Desde siempre he escuchado eso de “Chile, país minero”. Incluso antes de que Chile fuese Chile, esta tierra fue removida y machacada por sus habitantes pre-hispánicos para extraer minerales. Hoy, la minería nacional se desarrolla a una escala monumental, con la mejor tecnología disponible.

Cuando el minero encuentra una veta de preciosa ley, la sigue y la extrae hasta el límite. La operación se logra invirtiendo gran cantidad de energía y esfuerzo. Por cada tonelada de material extraído, se rescatarán sólo unos cuantos kilos de cobre o unos pocos gramos de oro. Todo sea por preciado material refinado.

La gran minería en Chile se concentra en el norte del país. Pero desde hace algo más de medio siglo otro tipo de minería se lleva a cabo en el desierto. Desde la década de 1960, los cielos chilenos se han estado explotando ininterrumpidamente con grandes maquinarias astronómicas. Desde entonces, los astrónomos nacionales han gozado del derecho exclusivo sobre el 10% del tiempo total disponible para observar con estos instrumentos, dándole a Chile participación como socio en esta empresa. Así como la minería, la astronomía en Chile se practica con la mejor maquinaria disponible.

Contamos con varios telescopios de espejos de 8 metros de diámetro y un par de decenas de telescopios más pequeños, pero no menos útiles. Mega espejos de 20 y hasta 40 metros se posarán en las cimas nacionales en los próximos años, empequeñeciendo a nuestros actuales gigantes. Y ya contamos con la mayor red de radiotelescopios del planeta. Chile ya no sólo es un país minero, también es un país astronómico.

Explotar ese 10% del tiempo requiere que la comunidad astronómica nacional asegure el uso pertinente de este patrimonio científico. Si usted siempre ha querido ir a uno de los observatorios del norte para observar de noche, primero debe estar asociado a alguna institución nacional que haga investigación. Debe ser un astrónomo profesional o estudiante en vías de especializarse. Pero la cosa recién empieza. Al menos unos seis meses antes de poder observar, debe pensar en su mejor pregunta de investigación, escribir una propuesta lo más convincente posible fundamentando sus ideas y describiendo cómo va a usar el instrumental. Pero para asegurar la calidad de las investigaciones, va a tener que competir con otros colegas con ideas igualmente buenas, así que es probable que la comisión de expertos que califique las postulaciones no siempre designe su proyecto ganador. Este proceso se repite cada año en la vida de un astrónomo. Si su idea tiene méritos suficientes y es aprobada, usted ya ganó su ida al observatorio.

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