Opinión

Hacia pluralidades despolarizadas

La única forma de lograr la anhelada inclusión es reconocer la validez en la sabiduría forjada en la experiencia.

Por: Diario Concepción 31 de Enero 2020
Fotografía: Aurora Vergara

Aurora Vergara
Especialista en Terapia Educacional

De sobra sabemos que el acontecer nacional y las legítimas luchas encarnadas en el llamado “estallido social”, nos interpelan a todos y todas en nuestras distintas dimensiones; laborales, personales, relacionales, etc. Se hace necesario ahora otorgar un podio especial para el concepto de inclusión.

Concepto que ha comenzado a inmiscuirse en nuestro lenguaje, pero que nuestras prácticas cotidianas claramente no la han incorporado como una forma de relación y esto se ve, tanto en las demandas sociales como en las formas que estas han tomado. En base a esto, me gustaría destacar el concepto de “pluralidades despolarizadas”, descrito por el sociólogo portugués Sousa Santos. Conceptualización que plantea, a mi parecer, la clave entre la lucha particular por la necesidad e interés contra hegemónica de un grupo con dificultades y prioridades específicas (graficado actualmente en cada cartel que acompaña en las marchas) y la capacidad misma de articular estas necesidades con objetivos comunes. Lo anterior, sumado a la comprensión profunda de que “la unión hace la fuerza” o, más bien, de que, a pesar de lo individualizados que estamos, sigue habiendo un cuerpo social, un “colectivo” más fuerte y resiliente que nunca.

Es por esto que aún miro el nuevo Chile con optimismo, con deseos de poder forjar el espacio para reconocernos como sujetos diversos y poder abrazarnos en esas diferencias, porque a pesar de que ni el consenso, ni los acuerdos han sido significativos para la mayoría, sí lo ha sido el reconocer en las injusticias particulares, demandas legítimas y por las cuales unirnos para poder sentirnos cada vez más “incluidos”. Quisiera reinstalar, entonces, la consigna que nos han enseñado las personas en situación de discapacidad (aún demasiado poco reconocidas y vistas en la situación actual) y que ha aparecido con fuerza: “nada sobre nosotros sin nosotros”. La única forma de lograr la anhelada inclusión es reconocer la validez en la sabiduría forjada en la experiencia de quienes vivimos la cotidianidad en los espacios y sistemas hasta ahora construidos por “desconocidos” representantes políticos.

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